domingo, 16 de mayo de 2010

buscando colores con los que hacer el rojo bermellón, como cantaba Rocío Durcal

( Puente Viesgo)

( Comillas)

Si algo he aprendido este fin de semana es que las primeras impresiones no son siempre lo que cuentan, que unas veces son acertadas y la segunda impresión sólo sirve para corroborar esa certeza, y otras, la primera impresión fue fruto de un cruce de días diferentes para dos personas desconocidas. He aprendido que sea cual sea el resultado de esa primera impresión, siempre debemos esperar hasta tener otra tercera, cuarta e incluso quinta opinión para tener la certeza de que las cosas son como las imaginamos, que es el trato y la convivencia con las otras personas las que nos ayuda a tener certezas de esas impresiones.
Este fin de semana he cruzado un puente en mi vida, un puente no físico pero sí mental que me ha hecho darme cuenta de un sin fin de detalles insignificantes pero tan importantes a la hora de dar cada paso en la vida. Cada una de las personas que ha estado en mi vida esta semana, una semana muy rara de encuentros deseados, reencuentros inesperados e incluso algún nuevo encuentro me ha desvelado claves, sin saberlo ellas, sin saberlo yo, de cosas que hasta hora no encajaban en ese puzzle llamado “vivir”. Supongo que a partir de ahora caminaré con paso más firme y más seguro gracias a todos esos descubrimientos.
Este fin de semana ha sido un fin de semana de contrastes entre la lluvia y el frío del sábado y el calor y el sol de hoy. Porque la vida es eso, y en 24 horas podemos pasar de un extremo a otro y casi siempre sin poder controlarlo, sólo adaptándonos a los cambios, sabiendo aceptarlos y buscar lo bueno incluso en lo malo para darle la vuelta. Este fin de semana he visto gente que metidos en sus elegantes trajes de boda resultaban totalmente artificiales, cual actor caracterizado para una película de bajo presupuesto porque quien pretende ser lo que no es se queda en eso, en “pretender” y no en “ser”.
Este fin de semana el verde ha sido el gran protagonista. un verde lleno de brillo bajo el manto del cielo azul que anuncia la llegada de lo que más me gusta: el verano, mi mejor época del año, mi favorita.
Me he traído de regalo un buen catarro y me voy a la camita a sudar.

5 comentarios:

Lucía dijo...

Creo que en "Tormenta Blanca" al final de la película, dice algo así como que todo se reduce a que no puedes escapar del viento, orientas tus velas y sigues adelante. Pues eso, que depende de para dónde sople el viento, a veces no te queda otra que orientar las velas y dejarte llevar, así que ya sabes, déjate llevar.

Por cierto, es bermellón.

Besitos!

Sobrevivir dijo...

Yo era una persona que juzgaba a los demás por la primera impresión, ha medida que he madurado comprendí que ese no era el camino, podemos perder la oportunidad de disfrutar en nuestra vida de alguien maravilloso. No se si te habrá ocurrido con algún lugar, depende de nuestro estado de ánimo, de la persona con la que disfrutemos de ese momento, el sitio puede pasar de ser un lugar normal, a un lugar mágico. La vida es eso, contrastes, momentos, personas, dicen los expertos, que el buen vino no sabe igual, dependiendo del recipiente en el que se toma. Que te mejores de tu catarro.

dintel dijo...

Un verdadero rollo los catarros en esta época. A mejorarse.

Jirafas en Gerundio dijo...

Ojos verdes,
verdes como,
la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.
Ojos verdes, verdes
con brillo de faca
que se han clavaito en mi corazón. Pa mí ya no hay soles,
lucero, ni luna,
No hay más que unos ojos que mi vida son...

No se me adelanta nadie, que seguro pensamos todas en la misma letrita, jejejeje.

Juli Gan dijo...

Hay ojos verdes feísimos, que yo lo sé. Está bien que todo gire......para mejor. Feliz semana y cuídate (Me reservo decirte algo sobre lo de sudar en la cama),;-P