martes, 7 de octubre de 2014

después de dormir tocará emprender un largo viaje

Ahora que el otoño empieza a dejarse ver y notar, cuando los días cada vez son más cortos y más fríos y pronto habrá que sacar la manta con la que taparse en el sofá, ahora que ha llegado el otoño sin haberme dado cuenta de que ya habíamos entrado en octubre, toca hacerme a la idea de otro invierno en singular, de otro otoño después de casi un año ya vivido más en el hospital con mi padre que en casa. Aún estoy demasiado tensa, demasiado cansada, demasiado angustiada pese a haber pasado una semana del gran susto cuando, apenas 48 horas después de haber pasado por quirófano por cuarta vez este año tuvo una hemorragia y sólo la rápida actuación de los médicos le salvó de desangrarse. 
Mis padres siempre han sido muy independientes ,y aunque en los últimos años me he ido encargando de unas cuantas cosas que la edad ya les iba impidiendo hacer, este año, desde que entramos en enero por primera vez  en el hospital, ha supuesto un cambio radical en la vida de toda la familia. Mi vida personal ha dejado de existir desde el 13 de enero . Desde entonces he pasado mucho tiempo intentando sacar adelante a mi padre, porque claro, cuando alguien pasa de 70 ya es mayor y hay que prácticamente dejar que se mueran. Y sí, sé que algún día tendrá que pasar, pero no dejaré que una negligencia médica sea la causa. Desde ese 13 de enero todo ha sido complicado y dificil . Ayer salimos del hospital. Espero que esta intervención haya sido la definitiva y que podamos ir recuperando la calma, la normalidad. A mi me queda después una larga temporada para recuperarme a nivel físico pero sobre todo a nivel sicológico . Sé que todo esto me ha hecho cambiar mucho a nivel personal, ha cambiado mis prioridades y lo que ahora deseo para mi vida, para mi futuro y que el camino que tengo por delante es largo y difícil, pero nunca me ha gustado rendirme ni dejar de hacer algo aunque fuese difícil y tampoco lo haré esta vez. Aunque primero necesito dormir un poco...