viernes, 23 de agosto de 2013

improvisar y vivir

Nunca he sido persona de improvisar más allá de lo necesario pero este mes de agosto está siendo el gran mes de la improvisación en mi vida.....y es justamente esa improvisación la que me ha librado de que este verano , llamado a ser un verano muy triste y difícil para mi, lo haya sido totalmente.

Empecé el mes enfrascada en mi tesis, y con el desafio de hacer que mi casa se librase del caos. Me empeciné en conocer gente y recuperar mis hobbies y rutinas, esos que hacía mucho había aparcado y olvidado. Y en ese ir y venir de cosas, de ir tirando mucho del pasado a la basura, tanto el que no quiero ya que siga conmigo sino también el que tenía guardado pero había aparcado en un oscuro y lejano lugar de mi memoria o mis cajones. .....Ahora la tesis avanza, mi casa está más o menos limpia y ordenada y yo, más guapa, aunque quizás no sea que esté más guapa sino que mi cara refleja calma y la calma haga que me vean más guapa....Sea como fuere hace apenas un par de días he vuelto de una semana de vacaciones que pensé ya no iba a tener porque todos los planes de antes del verano se cayeron.

Este verano me he dado cuenta de cuanto y cuan rápido pueden hacernos cambiar las cosas que nos suceden. Si alguien me hubiera dicho que yo iba a hacer algunas de las cosas que he hecho este mes me hubiera reído a carcajadas e incluso me hubiera apostado algo importante a que yo nunca lo haría....pero , vistas las cosas, hubiera perdido. Aún me quedan un par de semanas antes de que se acaben las vacaciones y espero usarlas bien. Tengo cosas pendientes que no he podido hacer, y sé que seguiré improvisando porque a veces, no siempre, pero sí a veces, hay que improvisar y dejarse llevar para poder conseguir justo eso que siempre hemos querido.

Ya lo decía Pablo Neruda y creo que le he hecho mucho caso;

Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee, quien no escucha música,
quien no halla encanto en si mismo.

Muere lentamente quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del habito, repitiendo todos los días los mismos senderos,
quien no cambia de rutina,
no se arriesga a vestir un nuevo color
o no conversa con desconocidos.

Muere lentamente quien evita una pasión
Y su remolino de emociones,
Aquellas que rescatan el brillo en los ojos
y los corazones decaidos.

Muere lentamente quien no cambia de vida cuando está insatisfecho con su trabajo o su amor,
Quien no arriesga lo seguro por lo incierto
para ir detrás de un sueño,
quien no se permite al menos una vez en la vida huir de los consejos sensatos…
¡Vive hoy! - ¡Haz hoy!
¡Arriesga hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡No te olvides de ser feliz!
Pablo Neruda