viernes, 28 de noviembre de 2008

Mi estuche "de mayores"

Hace unos días tenía la tarea de encargarme de comprar el regalo de cumpleaños de mi padre. Buscaba algo muy concreto y no lo encontré, como suele suceder. Pero también suele suceder que encuentras cosas que te gustan, cuando no las buscas, y eso es lo que me pasó a mí.
Soy de letras, y dicen que todos los de letras somos un poco caprichosos con las cosas de papelería, yo desde luego, lo soy, y mucho. Cuando lo ví supe inmediatamente que me lo iba a comprar, y que aunque pasase de largo volvería, así que ahorré tiempo y me lo compré.
Salí con la misma sensación que tenía de pequeña al comienzo del curso escolar. A mi me encantaba el colegio, fue una de las épocas más bonitas de mi vida. Lo disfruté muchísimo. Cada año, al empezar el colegio tenía un estuche nuevo, también una mochila nueva, aunque no me importaba repetir mochila si me gustaba la que tenía, al contrario que con los estuches, siempre me ha dado pereza cambiar algo si le tengo cariño. No con los estuches, me encantaban ( y me siguen encantando), y eso que no me gusta dibujar. Los he tenido de todos los tamaños y colores, con los contenidos más variados, y aún conservo algunos de ellos en casa de mis padres que, después de sobrevivir más de veinte años, han caído en manos de mi sobrino, y si no fuera porque le quiero tanto, no sé qué haría al ver cómo lo que yo he cuidado tanto, está ahora como está .
Según me fuí haciendo mayor pasé a los plumieres y después a los estuches que se llevan ahora donde todo va revuelto. Creo que lo que más me gustaba de los estuches es la sensación de orden, cada cosa en su compartimento...supongo que ya desde pequeña el orden empezó a ser una de mis manías.

Y a vosotr@s, ¿qué era lo que más os gustaba de pequeños? ¿ y ahora? ( si me mandáis foto la pongo). ripley506@gmail.com


( Farala : me gustaba y me gusta)

( Petunia : Lo tengo todo.)

( Itxaro: la que jugaba con su hermano)


( Escandinava - ¡ Será por bolis!)

domingo, 23 de noviembre de 2008

La decisión

Hannah Jones nunca ha sido una niña como las demás, y mucho menos ahora, que a sus 13 años ha decidido morir, consiguiendo que el Tribunal Supremo británico le reconozca su derecho a no recibir más terapias.
Hannah ha pasado los últimos ocho años de su vida en hospitales desde que se le detectó leucemia a los cinco años. La quimioterapia y demás terapias contra su leucemia le acabaron provocando una lesión en el corazón que hizo que éste sólo bombease a un 10% de su capacidad. Fue intervenida para hacer que su corazón bombease mejor pero necesita un trasplante de corazón urgentemente o no vivirá más allá de enero o febrero. El trasplante conlleva, como siempre, el riesgo de un rechazo, además del hecho de que, si todo fuera bien, en unos años debería someterse a una nueva operación para sustituir la válvula, operación que, por supuesto, también está llena de riesgos.
Y Hanna ha dicho que no, que no quiere pasar más tiempo en hospitales, que quiere morir y así se lo ha comunicado a la justicia de su país, que sorprendentemente, ha dicho que sí, que reconoce su derecho a no recibir más terapia, o dicho de otro modo, a dejarse morir, a autopracticarse la eutanasia. El debate está en la calle.
Yo estoy a favor de la eutanasia, no le veo ningún sentido a mantener vivo a alguien que está muerto, que sólo vivirá mientras esté enchufado a una máquina;tampoco a prolongar más unos meses con fármacos la vida de un enfermo terminal para cuya enfermedad no hay cura posible. Creo que tenemos el derecho de morir con dignidad y dejar que quienes nos quieren puedan vivir su vida sin estar esclavizados a nosotros, cuidándonos. Y creo que quienes nos quieren deben aceptar la decisión,no estamos más con ellos por estar físicamente presentes.
El caso de Hannah, sin embargo, me ha hecho plantearme unas cuantas preguntas. La primera, esa misma que está en boca de todos : ¿es capaz una niña de 13 años de tomar esa decisión? Creo que no. Por muy madura que sea por las circunstancias que le han tocado vivir no está capacitada para tomar esa decisión, está cansada de luchar por su vida, eso es innegable, pero en su vida hay esperanza, y por muy pequeña que sea, hay que agarrarse a ella. ¿ Es Hannah una enferma terminal? Sí y no al mismo tiempo. Sí lo es si no se somete al tratamiento al que debe someterse. No lo es porque en su caso hay alternativas y habiéndolas, ¿ debe facilitársele su muerte? Yo creo que en este caso no. He leído que el padre está muy orgulloso de su hija por su valor para luchar por sus derechos; no sé qué pensar.
Y vosotras, ¿ qué opinais?

martes, 18 de noviembre de 2008

Duelo de palabra y espada

Hace poco una persona con la que me emaileo me contestó a uno de mis mail con una proposición: “Te propongo que nos contemos algo muy secreto”. Ese algo “muy secreto” se refería a alguna afición de esas que todas tenemos pero raramente decimos que la tenemos para evitar los comentarios que acompañarían al anuncio. Bueno, no diré los suyos pero yo le contesté que me encanta hacer puzzles y hacer punto. Son dos viejas aficiones que he vuelto a retomar desde el verano. Aún no me he comprado un puzzle nuevo porque sé que me pico demasiado y una vez que lo empiezo no soy capaz de dejarlo y hasta me olvido de comer así que estoy posponiendo hasta las vacaciones navideñas empezar uno nuevo. Hacer punto, por el contrario, me relaja. Suelo ponerme a ello por las noches mientras veo la tele. Ya he acabado una cosilla y ahora estoy en otra nueva y pensando ya en qué haré después. Debo decir que además me queda genial, sin agujeritos.
Y ahora es cuando, querida amiga, te cuento la tercera, esa que no te dije porque en ese momento no me acordé. ¿Sabes que me encanta? El esgrima, me encantaría poder tener tiempo para practicarlo. Una lucha de espadas, el uno contra el uno en un duelo de inteligencia y rapidez. Siempre me han gustado más las películas de espadachines, las luchas, los duelos no sólo de espada sino también de palabra, porque en su esencia, los duelos de espadas comienzan por ofensas de palabra y los duelistas, empezado el duelo, no sólo se retan a destreza con la espada, sino también con la palabra, a la par que a agilidad para no ser alcanzados y heridos.
Y vosotras...¿ qué aficiones (poco) confesables tenéis?

jueves, 13 de noviembre de 2008

Es rojo pero no es inglés

( el trolebus de los años 60)

( el autobus del 2009)
Bilbao tiene una gran tradición británica. El Athetic de Bilbao llegó importado de la Gran Bretaña y su primer entrenador, aunque hubo luego más llegados de allí, fue inglés. Incluso se llegaron a abrir filiales del equipo en otras partes de España; el Atlètico de Madrid es una de ellas, aunque con el tiempo todos los equipos se convirtieron en entidades individuales y sólo el Athletic ha mantenido la filosofía original del club. En Bilbao vestimos el Barbour al típico estilo inglés, así que, aquí, si no llevas paragüas pero sí Barbour, puedes decir que a tí "la lluvia te resbala". Y como no podía ser, el color de Bilbao, es el rojo, ese rojo inglés,intenso y brillante. Rojos son los autobuses de Bilbao que ahora el ayuntamiento va a cambiar aduciendo la saturación de algunas líneas en recorridos donde el metro no llega. Así que, siguiendo nuestra tradición británica, y un poco nostálgica, Bilbao retoma los Double-decker buses, es decir, los autobuses de dos pisos al más puro estilo inglés. Y digo retoma porque ya los hubo en los años 60 en forma de trolebuses que acabaron por desaparecer porque, por una parte, no había piezas para su reparación, y por otra, la convivencia del trolebus y los coches en unos años en los que el tráfico rodado de coches aumentó imparablemente.


Supongo que cuando los pongan me daré un viajecito en ellos, aunque no tenga ningún sitio a donde ir en esa ruta, será una bonita experiencia ver Bilbao desde la parte de arriba del autobus. De lo que no hay duda es de que los autobuses de dos pisos serán un motivo más de decoración para el paisaje de mi ciudad.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Este año quiero contagiarme del espíritu navideño, así que, que nadie me lo fastidie

Supongo que este es un momento adecuado para empezar a felicitarte las navidades, al fín y al cabo, ya empieza a invadir calles y comercios el ambiente navideño. Permíteme que me adelante a diciembre, la verdad es que en diciembre no pienso felicitarte las navidades. No pienso ser una cínica, lo siento, ya sabes que no va conmigo. Si no he sabido de ti en meses, ni yo me he puesto en contacto contigo es que nuestra relación está herida de muerte y este es un momento tan bueno como cualquier otro para terminar. No me apetece que me jodan las vacaciones con felicitaciones de gente que el resto del año pasa de mí, y yo de ellos. Te lo podría decir más suave, también de peor forma, pero te lo diré así: ¡Feliz Navidad! Si en diciembre te vuelvo a felicitar sabrás que eres de esas personas que me importan, y ….si no lo hago, sabrás que tú y yo nunca volveremos a saber nada más la una de la otra. Es una estupidez gastar energías en imposibles.

….y es que debería estar prohibido el cinismo navideño. Así que a falta de normas que lo prohíban yo aviso antes. Si no te has molestado en hacerme saber nada de ti, poco o mucho, este año, sinceramente, ahórrate el esfuerzo de hacerlo en navidad. Sí, es borde, pero es que este año las navidades serán para las personas que me importan, únicamente para ellas. ¿ y tú qué prohibirías en navidad?
Pd: no es un post dedicado a ninguna persona en especial, pero me apetecía más escribirlo en singular que en plural. UFFF.

domingo, 9 de noviembre de 2008

El beso




Nunca he sabido muy bien cómo hay que mirar una pintura o una escultura, siempre se me ha dado mejor el cine y la fotografía para eso . ¿ Es la forma?, ¿La proporción?,¿ la simulitud con la realidad?,¿los colores?, ¿en qué hay que fijarse? Lo reconozco, me daba mucha rabia no saber cómo disfrutar de lo que tenía delante hasta que decidí dejar que fuera la propia obra quien me diera la pista. La primera pista es que llame mi atención y la segunda que me emocione, sea del modo que sea, si además me emociona tanto que me deja sin palabras y bajo el sindrome de Stendhal pues mucho mejor. Ayer tuve una conversación con la catalana viajera, que también es mi profe de catalán; fue una de nuestras típicas conversaciones, de esas que empiezan por lo trivial de qué tal te ha ido el día y desembocan en el arte en cualquiera de sus manifestaciones. Le comenté que había me encantaba la obra El beso. Yo me refería a la escultura de Rodin, pero ella entendió El beso de Klimt, el pintor así que comenzó a hablarme de colores y de caras. Afortunadamente yo conocía el cuadro, aunque a mí Klimt no me gusta y ese cuadro, por muy famoso que sea y a pesar de que marcase un hito en la historia del arte, no me inspira nada. Pero sí me gusta Rodin, el escultor. Cuando descubrí El Pensador y El Beso, dos de sus trabajos más emblemáticos, y mis preferidos, no sabía quién era el autor así que me gustaron sin el lastre de saber de quién eran, y qué significaban.
Rodin trabajó sobre todo con el mármol y el bronce en sus obras. Su interés inicial estaba en el movimiento y la tensión muscular , influenciado por los escultores renacentistas, pero a Rodin también le interesaba algo que no se da en las obras de Miguel Angel o Donatello : que las obras reflejen un estado interior. Rodin estuvo enamorado de Camille Claudel, artista y escultora como él. El uno influenció la obra del otro. Así, mientras Rodin plasmaba la felicidad de su relación, en 1886 ,en El Beso, Camille, en 1900 reflejaba a una artista desnuda, de rodillas, suplicante y dirigiendo su s manos hacia un Rodin que le da la espalda mientras una mujer medio ángel, medio bruja, se lo lleva. Entre 1886 y 1900 la relación de los dos artistas pasó de la dicha a la desdicha porque Rodin se había embarcado en otra relación al mismo tiempo que estaba con la escultora y la dejaba embarazada de un hijo que no llegó a nacer. La felicidad de uno y el sufrimiento de la otra marcan dos momentos de su relación en sus respectivos trabajos .
En 1987 se hizo la película que recoje la relación de ambos autores, por si a alguien le interesa. La dirigió Bruno Nuytten y la intepretaron Isabel Adjani y Gerard Depardieu. Se titula La pasión de Camille Claudel

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Es día 5, pero no es mi cumpleaños

¡Qué rápido pasa el tiempo! Será porque estoy tan amontonada entre todas las cosas que intento abarcar que no me había percatado de que ya han pasado 4 meses desde mi cumpleaños en julio, mes en el que me fuí de vacaciones al mediterráneo , ¡ qué lejos parece ya! , y volví con el chip puesto en su sitio, ¡por fín!.
Desde julio hasta ahora he cambiado de trabajo porque estaba harta del que tenía y mi cuerpo ha empezado a cambiar también después de haberme engordado un montón por tema de salud y reposo, ahora, incluso, mi novia me dice que ya me estoy poniendo demasiado guapa y que, además de que se va a tener que comprar una porra espanta mosconas, no tiene de donde agarrar ( de dónde agarrar aún queda, los milagros no existen). He retomado mi tesis doctoral, que va despacio, pero va y eso me gusta. Las librerías vuelven a ser un peligro para mí, el sábado se supone que iba al cine, pero no había entrada para lo que yo quería ,y al final fue pintxos con dos libros que me compré, bajo el brazo.
Incluso mi casa empieza a ser mi casa, a mi gusto y de nuevo se abre a visitas después de casi un año.Después de tantos años diciendo que tenía que empezar a hacer cambios, al fín estoy en ello así que está un poco revuelto todo, pero más bonita cada semana. Lo mejor es que la reforma se está convirtiendo en un juego familiar tipo " Busca las 7 diferencias". Resulta que cuando volví de las vacaciones me dije que ya bastaba de prórrogas, que ese mismo día empezaba a cambiar cosas así que como motivo inaugural me fuí a la tienda y cambié el felpudo de entrada y en días posteriores empecé a tirar cosas para poder ir poniendo otras nuevas, entonces es cuando mi familia viene de visita y me dice: "has cambiado el felpudo y ya no tienes esos cojines, y tampoco ...". "Sí, he empezado a hacer cambios". Y ahora, cada vez que vienen se pasean por la casa buscando lo que he cambiado como si fuera un juego. La enfermera, mi novia, hace lo propio, pero es que ella tiene que encontrar las diferencias porque en su caso he cambiado las reglas del juego para animar otro juego.... La verdad es que me hace tanta gracia que a mi familia le encante cotillear qué he cambiado,que ahora pienso en qué cambiar todas las semanas, aunque sea mínimo, para ver si lo encuentran. Es un poco infantil, pero miren ustedes, la vida es muy seria así que hay que encontrar modos de hacerla un poco más divertida, sobre todo ahora, que empieza el frío, la lluvia y los días cortos que tanto odio.