A nuestras vidas llegan personas con frecuencia, los cauces son muy diversos, muy pocas se quedan y una gran mayoría se va. Hace unos días se cruzó en mi vida una persona, entablamos conversación y hasta luego. Volvimos a coincidir y a conversar de lo humano y lo divino. Me habló de sus hijos y yo de mis sobrinos, el amor a los niños fue el nexo que alimentó una conversación que se repitió al cabo de unos días. Para entonces yo era una persona amable y considerada según me dijo, y había una conversación fluida y amena que le gustaba. Al fin me comentó que se acababa de separar de su ex, que llevaban un mes separadas y que su ex era de Donosti. Entonces yo le comenté que yo también era vasca, aunque de Bilbao. y ¡zas! en un pis paz pasamos a que los vascos somos esto o lo otro porque su ex era vasca y los vascos éramos así. Le dije que no podía generalizar, que todos somos personas y diferentes. me dijo que ella era una persona muy respetuosa y que sí, pero que su ex era tal y que los vascos lo éramos. Empecé a hartarme un poco y acabé diciéndoselo. y para mi sorpresa , la persona que no paraba de criticar aunque se jactaba de ser muy respetuosa, me dice que no está ella para que le eche un sermón. Flipé, la que me hablaba de respeto era la persona con menos respeto por los demás que he conocido en mucho tiempo.
En fín, que nadie es perfecto. No lo soy , no aspiro a ello y no deseo personas perfectas en mi vida. Pero sí tengo claro, que personas que constantemente me puedan decir todo lo negativo real o no, que vean en mi , pues como que no, y menos , cuando es alguien desconocido que simplemente estaba un día en el mismo sitio que yo y que sólo opina porque un día conoció a alguien que tiene algo en común conmigo
2 comentarios:
La mayoría de personas nos consideramos a nosotras mismas muy respetuosas, hasta que llegamos a lo "mollar", que ya no respetamos ni a lo más santo.
Como me gustan a mí los vascos! Ni caso a gente así
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