Hay cosas que una piensa que sólo pasan en las películas por esas cosas de darles más interés, de hacer a los protagonistas más atractivos e irresistibles, pero , a veces , esas cosas también las vemos en esa realidad de cada día.
Imaginemos que tengo que coger un avión, que me toca asiento central ( odio viajar en el asiento del medio) y que, como siempre , llevo algo que leer ameno para entretenerme durante el viaje. Imaginemos que en la fila de delante viaja una pareja, él en el asiento delante del mío y ella en el asiento de ventanilla en la fila de la derecha. Imaginemos que el avión despega y yo me pongo a leer mientras la parejita se va contando sus cosas y ríen a veces. Imaginemos que ya hemos llegado a esa altura en la que te puedes desatar el cinturón de seguridad....entonces el novio se levanta, abre el compartimento superior y baja una maleta roja que le pasa a ella. Ella abre un poco la cremallera, mete la mano y tantea el interior. saca algo y lo pone en el asiento a su derecha. Cierra la maleta y se la da a su novio, que la vuelve a poner en su sitio. Es entonces cuando ella extiende lo que había sacado de la maleta, unas braguitas de encaje negras, y ni corta ni perezosa , se las pone como si no hubiera nadie a su alrededor. Evidentemente, mi posición central me dio una perfecta visión de todo lo que se podía ver....y me dejó sorprendida también. Menos mal que la chica no estaba mal....
1 comentario:
Ja, ja, ja... ¡Qué fuerte!
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