jueves, 5 de agosto de 2010

Cómo entiendo tu sonrisa, infanta Leonor !

( fuente : diario Qué!)
( web de El Mundo)


Cuando mi sobrino nació, hace ya 5 años le dije a mi hermana que esperaba le vistiese modernito y no en plan “niño –repollo”. Afortunadamente para mi así fue.
Cinco años después, han tenido una niña y , aunque siempre la llevan muy guapa, el lado “repollo” – porque las princesitas ya van modernas- supera al lado modernillo y te pasas todo el rato atando los lazos o poniéndole lacitos en el pelo. Pero no pasa nada, va guapa la niña. Y también el niño. Y tienen suerte de llevarse cinco años y de que mi hermana haya decidido no vestirles igual.
Ella y yo, yo sobre todo, no tuvimos esa suerte. Tengo tres años más que mi hermana y desde que esta era un tierno bebé hasta la adolescencia, la mia evidentemente, mi madre se empeñaba en llevarnos iguales. Cuando eres pequeña, pase, pero cuando empiezas a crecer, esos tres años de diferencia se notaban un montón y claro, cuando llegué a los 12 empecé a rebelarme porque me sentía ridícula a pesar de que mi madre nos comprara cara y bonita ropa y todo el mundo dijera que parecíamos princesitas.
De aquellos dias de discusiones queda el gusto por la ropa buena pero creo que el empecinamiento de mi madre por seguir escogiéndome la ropa para llevarme como mi hermana hizo que hoy odie todo ese tipo de ropa y me guste ir con ropa moderna, o al menos alejada de todo aquello que a mi madre le gustaba (y le gusta)
Debería estar prohibido que los padres vistan igual a sus hijos. Hay que vestirlos según la personalidad que tengamos, lo que somos, y sobre todo, los años que tenemos. Los padres deberían darse cuenta que cuando hay cierta diferencia de edad, vestir a sus hijos iguales es un castigo insufrible para el mayor. Así que cuando el otro día, zapeando ví que la princesa Letizia ya no viste iguales a las princesas no pude si no decirle : “ tú sí que sabes!!” y espero en esta sociedad nuestra tan de copiar lo que hacen los famosos, que las mamás jóvenes tomen el ejemplo de la princesa y no dejen a más niñ@s traumatizados ( añadamos un poco de dramatismo) por vestirles como si tuvieran menos años de los que tienen. No por eso dejarán de crecer y volarán del nido.

6 comentarios:

Tanais dijo...

jajajajajaja pobre!!! la verdad es que cuando son pequeños si, quedan "graciosos" iguales, pero ya a una edad pues como que no...

Pobre!

Pena Mexicana dijo...

Mi hermana me lleva quince años lo que me salvó de que me vistieran como ella, pero si recuerdo que mi madre me elegía la ropa y por regla general a mi me disgustaba. Muy pronto me revelé y comencé a elegir mis prendas... ahora que soy bastante adulta muchas veces me sorprendo eligiendo colores y modelos que a mamá le hubieran gustado. La vida está llena de contradicciones :)
besos

Jirafas en Gerundio dijo...

Me pasa exactamente igual que a Pena. Lo que pataleé por no llevar en la adolescencia/pubertad, ahora lo llevo por gusto, lo elijo yo. Debe ser que cuando las hormonas se disparan, darle la tranca a tu madre y llevarle la contraria por sistema es lo más habitual.

Lucía dijo...

Pues lo mío es peor, cuando íbamos de vacaciones con mi abuela, nos vestía igual a todos los primos. Cada uno teníamos una camiseta con nuestro nombre y una especie de petos. La versión de los chicos era de pantalón corto y la de las chicas en versión falda. Además, lacitos, no, pero nos llenaba de sombreritos de paja a todos.

No había vuelto a pensar en ello, pero lo recuerdo con cariño. Lo cierto es que fue durante pocos años, y a medida que crecías, te dejaban salir de esa rueda.

A mí no me traumatizó en absoluto, la verdad y creo que si tuviera un montón de nietos más o menos de la misma edad (como era nuestro caso), sería divertido vestirles así en verano. Era el uniforme de verano de casa de la abuela :).

Besitos

Juli Gan dijo...

Yo tuve la rara suerte de ser la única niña entre dos niños, así que por ese lado me libre, pero a mi madre, que era muy trendy, le molaba hacerme ropitas. Me horripilaba que me vistiera una tía mía, que tenía una hermana modistilla en París, porque las niñitas gabachas iban repollo al cubo. En fin, todo pasa, menos para l@s ñoñostiarr@s.

María dijo...

Mi hermana y yo íbamos iguales: ella de rojo y yo de azul. Así nos ha ido...