lunes, 20 de enero de 2014

Un minuto puede cambiar una vida

Esta mañana por fin nos han dado un diagnóstico de lo que le pasa a mi padre. Hay que operarle. La hospitalización se va alargar bastante pero al menos ya es comienzo ante la incertidumbre de toda la semana. Cuando me he enterado me he venido un poco abajo, pero con el paso de las horas he ido reaccionando y he intentado racionalizar la situación y armarme de valor y energía hasta que todo esto haya pasado y mi padre pueda estar de nuevo en casa. Lo más inmediato es todo el reajuste que la situación ha producido también a nivel familiar y el consiguiente paron que ha supuesto en mis proyectos ahora que tan ilusionada estaba con ellos . En el 2013 tomé muchas decisiones difíciles y no quiero renunciar a mis sueños . He dedicado gran parte de mi vida a cuidar de mi familia o de mis parejas y ahora estoy en un momento en el que quiero vivir mi vida como yo deseo vivirla y ser un poco ( o mucho) egoísta. Así qué he decidido no hacerlo y que aunque con menos tiempo y dedicación hasta que mi padre se recupere , voy a seguir adelante con mis proyectos , porque hacerlo me dará cierta realidad y estabilidad y , sobre todo, porque si los vuelvo a abandonar, probablemente no vuelva nunca a ir a por ellos. mañana será otro día y tendré una nueva oportunidad de seguir adelante con mi vida. todo lo que ha pasado estos días me ha dejado muy claro que la vida es incierta y que no podemos dejar para mañana las ganas de disfrutarla hasta el último segundo

3 comentarios:

Juli Gan dijo...

Valor, ánimo y a luchar. Espero que todo vaya bien. Un abrazo.

maslama dijo...

no sabes como te entiendo, en los últimos años he pasado muchas horas en los hospitales, horas muertas que se puede encontrar la manera de aprovechar. Una ilusión viva hace más llevaderas las esperas, y ayuda a mejorar el humor y a reunir fuerzas para sostener a la familia

besos, y mucho ánimo

María dijo...

¡Suerte!