A menudo pienso en la persona que era hace unos años y la que soy ahora , y creo que no me reconozco. Puede que la esencia nunca se pierda , pero al perder la inocencia en el amor, una parte de mi desapareció. Aún así me alegro de seguir siendo una buena persona que se preocupa por los demás y que sigue creyendo ciegamente en el amor.
Este año ha sido muy duro, he tenido que tomar muchas decisiones difíciles y han habido muchos cambios en mi vida, pero creo que nunca antes había tenido tan claro lo que quiero , ni había caminado tan recto hacia mis sueños.
Me he dado cuenta de que la fuerza que he adquirido me permite ser más sensible y cariñosa que nunca antes, y me gusta poder ser así, consciente de que si llegan tiempos difíciles podré luchar para superar los obstáculos del camino.
y es que, como leí por ahí hace algún tiempo, " las penas del corazón son las que nos ayudan a entender y a entendernos"
( la cita aparece en la portada del libro Para no volver, de Esther Tusquets)
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