lunes, 27 de octubre de 2008

¿ Quién dijo miedo?¡ A la batalla mis valientes! Que sólo hay algo peor que el miedo y es la cobardía...


¿Quién no ha sentido miedo alguna vez en su vida? Ojalá los adultos fuéramos capaces de sufrir los mismos miedos que los niños: miedo a la oscuridad, a los monstruos, a los extraños, a perdernos, a quedarnos solos en el colegio… ¡Ojalá! Son miedos que como vienen se suelen ir. Desgraciadamente, los adultos somos infinitamente mucho más complicados que los niños, y nuestros miedos nacen de mil cosas diferentes, instalándose en algunos de forma perenne. Son miedos que adquirimos de experiencias de la vida, a veces, miedos que adquirimos de quienes queremos, en ese afán que solemos tener por protegerlos. Estos últimos, por sernos ajenos, son mucho más difíciles de identificar y desterrar de nuestro ser que nuestros propios miedos; tenemos que recorrer un largo camino hacia atrás hasta dar con ese momento en el que sus miedos pasaron a ser también nuestros miedos y por qué fue así. Yo no quiero lo que no es mío así que me ha costado pero me los he sacado de encima. Tengo mis miedos, pero son más bien un respeto a lo desconocido que un miedo real. De hecho, el miedo nunca me había paralizado ,hasta que lo hizo, un tiempo atrás. He cometido las más grandes estupideces de mi vida bloqueada por ese miedo, muchas de ellas alentadas por personas a las que los resultados de mis actos les importaban más bien poco, pero, desgraciadamente, no estaba yo emocionalmente en condiciones de darme cuenta de cómo, y cuanto, podemos las personas llegar a ser influenciadas cuando estamos mal y somos el rival débil. Me arrepiento bastante de algunas cosas que he hecho, y me arrepiento del daño que puedo haber causado a ciertas personas en ese tiempo en el que, digámoslo, mi autoestima estaba al nivel del suelo y luchaba por volver a ser yo, eso es algo con lo que yo tendré que vivir, lo mismo que quienes me hicieron daño a mi tendrán que vivir con ello. Es increíble la de sentimientos entremezclados que nos hacen sentir el dolor y el miedo cuando se juntan. Pero, siempre hay un “pero”, resulta que un día algo pasa y te despiertas del sueño, más bien pesadilla ,y te das cuenta de que tienes dos hipotecas: la de tu casa, y la que tú misma has puesto sobre tu vida. Y es la segunda la peor de las dos , porque no sólo te agobia sin necesidad de crisis económicas sino que va jodiendo las cosas buenas que llegan a tu vida, porque no sabes disfrutarlas, porque va creando capas, cual cebolla que te hace llorar, y se va creando una costra que tú crees te protege pero no, te aísla de ti, del mundo y de la realidad. Entonces decides que sólo puedes hacer una cosa: limpiar y raspar, hasta quitar esa costra, porque vivir atrapados en una burbuja donde tú no eres tú, no es nada. Tampoco es que yo quiera que nadie crea que sabe cómo soy, porque no lo sé ni yo, ni quiero saberlo, porque supongo que quiero poder tener el derecho de poder ser diferente con las cosas que se van cruzando en mi camino y me enseñan cosas nuevas con las que enriquecerme como persona. Conocí a alguien que me dijo que una de las cosas que más le gustaba de mí es que cuando tengo un problema lo afronto y le planto cara, mientras que ella mira hacía otro lado, esperando a que el problema desaparezca por sí solo, cosa que no sucede, por supuesto, y como no sucede, acaba por huir de un sitio a otro. Durante algún tiempo eso no ha sido así, he estado tan paralizada y bloqueada que me he limitado a acumular problemas en serie fruto de malas decisiones. Eso ya pasó. Al miedo hay que plantarle cara y decirle quién manda y sobre lo de huir…huyas donde huyas siempre te encuentras de nuevo con aquello de lo que huyes así que ¿no es mejor afrontar los problemas?
Yo lo he hecho. Lo anterior lo escribí en verano, una reflexión después de volver de las vacaciones. Se había quedado guardado en la memoria usb. Lo he releído y me he dado cuenta de cuánto ha cambiado mi vida en apenas 3 meses. He dejado atrás toda esa espiral en la que estuve durante lo que a mí me pareció una eternidad. Vivo tranquila, y a mi aire, y sólo me importa la calidad, no la cantidad, de lo que llega a mi vida. Sigo currándome ser la persona que fui, supongo que menos ingenua, pero sigo pensando que no merece la pena hacer daño a nadie para ser una misma feliz, que siempre hay una manera de hacer bien las cosas si de verdad las queremos hacer bien. El futuro lo destruyen los cobardes y lo construyen los valientes.

12 comentarios:

Hei Jei dijo...

los miedos que has enumerado de los niños yo sigo teniéndolos, aunque quizás con un matiz más complejo, porque sigo teniendo miedo a perderme, a los extraños, a los monstruos que habitan en mi...

yo tb soy de las que afrontan el miedo, aunque a veces tardo en hacerlo por la (puta) parálisis de la que hablas.

este post denota que estás a gusto contigo y es me gusta, más que el post, que me ha encantado :)

un besazo

Lucía dijo...

Parece que estás en el buen camino, así que sigue adelante, y mucho ánimo.

Un beso

iTxaro dijo...

A la! pues a ser valientes

un achuchón

Anónimo dijo...

"El futuro lo destruyen los cobardes y lo construyen los valientes."
....suelo decir que la vida es de los valientes.
Y es verdad, somos lo que sentimos, y de nosotras no podemos huir, por lo que abogo por ser, nosotras mismas, nuestras mejores amigas.
Me ha gustado mucho tu post.
Besos.

Ripley dijo...

JEI: pues hay que sacarse esos miedos sea como sea. un besazo.
LUCIA: espero estarlo, al menos, lo intento. un beso guapa
ITXARO: a serlo, con magia incluída.
LUNA: bienvenida al blog. siempre hay que ser nosotras mismas. un beso guapa, espero verte de nuevo por aquí.

JD dijo...

a veces me encantaria volver a ser una niña...un beso valiente

Tanais dijo...

Menuda reflexión...ufff, me alegro de ese cambio, parece que sabes como afrontar tus miedos...ya me darás la medicina...si empezara a decirte todo lo que me preocupa fliparías...tal vez tu post me ayude...un besazo Pauline, que me gusta más Pauline leñe :P

dintel dijo...

No creo que la última frase sea del todo cierta. Cobarde y valiente son términos subjetivísimos.

Blau dijo...

Neska, hoy por hoy tengo mucho miedo...debo ser una cobarde.

Musus

Anónimo dijo...

menos mal que hay gente como tú...

besetes

escandinava

TaLo_d_Luz dijo...

Miedo...

Hace un tiempo me hice amiga de Él....

Es más; somos aliad@s.

Fui cobarde al intentar huir de mi 'miedo a la vida', sin tener la paciencia para saber qué me ofrecia...y a la vez fui valiente al abrirle la puerta y preguntarle Angustia a Terror... qué más tengo que saber de ti??

Se lo dije con los ojos cerrados...y cuando llegó el instante de la respuesta... los abrí; me sorprendí tanto.....estaba cara a cara conmigo misma;
Yo Soy mi propio Miedo me dije...y así se unió a mi de forma Armónica y Pacífica:

nadie lucha ya en mi, ni el valiente termina ganando nada más ni el cobarde termina perdiendo nada más...uno sin el otro no son, no habría dilema, no existiría ni la experiencia de ello, no...tantas cosas...

..no me arrepentí entonces de sufrir tanto por la ignorancia.

TaLo_d_Luz ;-)

Ripley dijo...

JD: a mi no, es una edad donde vives sin problemas pero yo prefiero ahora. un besito guapa.
TANAIS: no sé afrontarlos pero lo intento y a veces tengo suerte y lo consigo, supongo que el remedio está dentro de una misma, un besito guapa.
DINTEL: somos las personas, no los términos, las que las hacemos subjetivas queriendo llamar a las cosas por lo que no son. un beso