domingo, 8 de mayo de 2011

pienso luego existo, pero escribo para recordar lo que fui cuando la memoria ya no me alcance a recordarlo

Este ha sido un fin de semana intenso, raro, sobre todo hoy domingo. Intento recordar la última vez que pasé todo un día entero en casa, sin salir y no lo recuerdo, pero con toda seguridad fue el año pasado.
Hoy ha sido un día intenso a nivel emocional así que lo he ocupado dedicándome intensamente a algo que últimamente iba a ritmo lento ,mi tesis, y he leído mucho. He leído con fruición y con deleite las cartas que Virginia Woolf envió a mujeres. Ella, que parecía un personaje débil, se me está revelando como alguien que tenía una débil salud mental pero que vivió intensamente la vida hasta el día de su suicidio. Recuperar la lectura ha sido como “ volver a casa” y con ello me he dado cuenta de que yo, que siempre he aconsejado a todo el mundo dejar un libro si nos agobia su lectura, porque la lectura es placer y si no hay placer, ¿ de qué sirve?, pues ahora me pregunto que por qué intentar escribir algo que me causa dolor y me bloquea , por qué no intentar otra cosa y abandonar el proyecto hasta que el tiempo y el momento sean los adecuados. Y eso he hecho, y haciéndolo, me he vuelto a reencontrar con la pluma garabateando apuntes en una libreta, bosquejos de una novela en sus comienzos; algo menos complicado que el proyecto que tenia en mente, algo que me hace disfrutar, porque la literatura tiene siempre que ser disfrute.



Ayer leí un articulo poco interesante para mi investigación pero que hablaba de la popularidad que goza el género biográfico en el mundo anglosajón, de la cantidad de biografías que Virginia Woolf escribió y explicaba el origen del gusto anglosajón por las biografías y autobiografías. Cito textualmente :
“ En un ensayo que ha tenido una gran repercusión. George Gusdord afirmaba que las condiciones que permiten el desarrollo de la autobiografía son las propias de una sociedad que suscita la curiosidad del individuo sobre sí mismo ante el asombro que siente sobre la incertidumbre de su destino, y añadía que la autobiografía no es posible en un paisaje cultural en donde la conciencia de ser no existe. Esta conciencia, cuando comienza a manifestarse tiene una raíz religiosa y pertenece al espacio de lo íntimo. En el siglo XVII en Inglaterra y en Escocia los escritos personales fueron muy abundantes y se consideraron siempre como privados. Muchos creían que la salvación eterna dependía de los acontecimientos cotidianos. Estaban convencidos de que el leer la vida personal de una forma analítica podía dar una idea del estado del espíritu. El anotar y analizar puntualmente los actos de cada día con detalle se convirtió en un sagrado deber y en una práctica común entre los protestantes.
En el siglo XVIII este preciso mundo privado comenzó a invadir el espacio público. El por qué ocurrió este cambio es una historia muy compleja que implicaba cambios culturales fundamentales….”
( en "La mujer ama de la literatura", artículo de Luisa Fernanda Rodríguez)



En otro lugar del artículo, la autora habla de que lo que se ponía por escrito no era olvidado y se mantenía fiel a sus palabras y esencia, algo que a menudo no sucedía al trasmitir de forma oral de una generación a otra los acontecimientos .



Tod@s los que escribimos una bitácora tenemos un por qué, cada cual el nuestro, pero a tod@s nos une la posibilidad de ver cómo hemos evolucionado si volvemos a nuestros primeros escritos. A veces pensamos que seguimos siendo las mismas personas, pero no, afortunadamente, no.

2 comentarios:

Pena Mexicana dijo...

Fascinante Ripley. Ahora me tendré que preguntar si mi propio gusto por las biografías y por escribir acerca de mi cotidianidad se debe a mi formación religiosa protestante o a la cercanía cultural de mi ciudad natal con el sur de Estados Unidos... en cualquier caso me ha parecido muy interesante este post :)

Ripley dijo...

Pena Mexicana :yo nunca he sido de leer biografias ni de escribir diarios, pero reconozco que me ha encantado leer la de Virginia Woolf así como las que ella escribió.