lunes, 1 de febrero de 2010

Pensando con los pies en alto

( estas "bambas" son de una amiga, aún estoy decidiendo si me gustan o no,¿ y a ti?


Después de muchos días de agua, más agua, viento y frío, hoy el cielo está azul, las nubes son blancas y luce el sol. Si no fuera porque hace frío, y porque es lunes y hay que trabajar, sería un día (casi) perfecto. Mañana espero que sea un día perfecto y que por fin pueda ver la cara de mi sobrina. Sólo falta que llamen a mi hermana del hospital, le hagan otra cesárea y tendré una sobrinita, o mejor dicho, una supersobrita de casi 5 kilos. Yo tenía la esperanza de que como su hermano pesó 4.800, ella saldría más chiquitina, más con el peso propio de un bebé recién nacido, pero me voy a quedar con las ganas y volveré a tener un bebé del tamaño de tres meses, que da, os lo puedo asegurar, mucho respeto coger en brazos.
Toda la semana pasada ha sido un esperar a que se decidiese a nacer, pero nada. También ha sido una semana de muchísimo trabajo, muchos imprevistos por solucionar y un fin de semana intenso pero un tanto surrealista. Por cosas que no vienen al caso, C y yo acabamos cenando de pintxos y zuritos y teniendo una de esas conversaciones interesantes sobre la vida y las relaciones humanas que me ha hecho pensar mucho ayer pero también tomar decisiones sobre cosas que ni había pensado.
Entre otras cosas hablamos de la amistad y yo volví a repetir que las lesbianas tenemos la mala costumbre de pensar que otras lesbianas son nuestras amigas porque también se acuestan con mujeres, y no es así. Debemos tener amistad con quien compartamos intereses y nos haga sentir a gusto, sin más.
Volvimos a hacer planes y entre ellos algunas escapadas. C volvió a dejar caer que su hermano tiene una autocaravana y que podría pedírsela y hacer algún viajecito. Nunca he viajado así, así que si alguna lo habéis hecho. ¿Qué tal es la experiencia?
Ayer, mientras trabajaba en mi doctorado leí esta soberbia descripción de un acto que a muchas de vosotras os sonará conocido. Os la trascribo para que disfrutéis de una sensual descripción de un momento muy sexual:

“ …aislada aquí con esta niña grande y flaca, con esta muchacha loca loca, de largo pelo oscuro y ojos tempestuosos, que se queda ahora muy quieta, como adormecida- sólo un estremecimiento fugaz riza a ráfagas su piel suavísima-, mientras la tiendo sobre las pieles lustrosas - ¿ será para esto que las habrá traído? – y acaricio sin prisas las piernas de seda, me demoro en la parte tiernísima, turbadora, del interior de los muslos, para buscar al fin el hueco tibio donde anidan las algas, y, aunque la ondina ha salido hace ya mucho del estanque, el rincón de la gruta está extrañamente húmedo, y la gruta es de repente un ser vivo, raro monstruo voraz de las profundidades, que se repliega y se distiende y se contrae como estos organismos mitad vegetales, mitad animales, que pueblan los abismos del océano, y después cede blandamente, y desaparecen los gnomos y las ninfas, y yo no siento ya dolor, ni oigo ningún ruido, porque he llegado al fondo mismo de los mares, y todo es aquí silencio, y todo es azul, y me adentro despacio, apartando las algas con cuidado, por la húmeda boca de la gruta.”
( El mismo mar de todos los veranos, ESther Tusquets)

12 comentarios:

Lucía dijo...

Últimamente tengo la sensación de que las lesbianas sólo quieren tener amigas lesbianas. No sé, qui´zas me equivoco, pero es lo que percibo...

María dijo...

Las zapatillas no me gustan... parecen avispas. Viajar en autocaravana... creo que tiene muchas ventajas pero no he ido nunca (porque no tengo). Y siempre llueve en domingo, cuando se puede salir... y hoy sol...

Juli Gan dijo...

Parecen las zapatillas del "frente nacionalista jamaicano" con esos colores. Esther Tusquets me parece una escritora brillante. A mí "con la miel en los labios" me pareció excelente.

Anónimo dijo...

¿De qué me suenan esas zapatillas? ¡Ajá! Ya lo tengo. ¿ Os acordáis de los hermanos Dalton de Lucky Luck? Son el complemento del traje. A mí me parecen divertidas.

En cuanto a lo de viajar en caravana, mi hermano está empeñado en comprarse una porque dice que así se sentirá más libre para viajar. No es cierto, una caravana es como un caracol, lento, pesado y con la casa a cuestas. Y no puedes aparcar en cualquier sitio, tienes que ir a camping. A mí me gusta viajar ligerita de equipaje.
Un beso. Martina.

E dijo...

Las zapatillas no me gustan.
Como yo no tenía que trabajar, no sé ni en que día vivo y estaba bajo ese mismo sol y esas mismas nubes blancas en una playa ahí cerquita, pudo hasta ser el día perfecto jeje, pero siempre falta algo...

Pena Mexicana dijo...

Yo he optado por tener amigos que sean afines a mi sin importar si son heteros, bi u homo... después de todo si quiero que me acepten como soy tengo que corresponder con la misma moneda. Las zapatillas me gustarían si las cintas fueran de otro color, son originales.
El texto precioso, me ha encantado :)

Olimpia dijo...

A mí me gustan las zapatillas, no sé si por mi debilidad por el amarillo o porque me recuerdan a las patitas de la abeja Maya.
Me gusta mucho el texto que has escogido de Esther Tusquets. Me parece muy erótico y sutil.
Y una curiosidad ¿sobre qué es tu tesis? Saludos a tí y (espero!) a tu nuevo sobrino!

Saltinbanqui dijo...

Hace buen dia.
:)

Saltinbanqui dijo...

Tendre que pensar en si me gustan.
Hablamos. Mua

jelly dijo...

Enhorabuena por esa sobrinilla, y a mí me encantan esas bambas!! Me compraría unas sin dudar xDDDDD

Lena de mar dijo...

me gustan las zapatillas, muy originales y parecen muy cómodas!!

Ir en autocaravana mola...

Abracitos salinos

JAL dijo...

Definitivamente no