Paula puso el móvil en su bolso y colgó este de la silla.
- Lo siento. Menos mal que me ha llamado, se me había olvidado.- dijo poniendo cara de niña buena que sabe perfectamente la razón de su despiste.- Es una clienta que quiere comprar un super piso en la Plaza Euskadi. Yo también querría tener uno de esos pisos. Sitio ideal , pisos preciosos….¿ te apetece venir y lo ves? Podemos decir que eres mi ayudante . ¿ qué dices?
- No sé. A mi me encantaría poder verlos pero no quiero que tengas problemas.
- ¿Problemas? Ninguno, soy la jefa y me apetece que vengas a enseñarlo conmigo. …A menos que ya tengas planes.- Paula recordó que su amiga tenía algo que decirle y había estado muy misteriosa, quizás había ligado la noche anterior en su incursión en el mundo les. La verdad es que cuando le confesó sus dudas unos meses antes se sorprendió, nunca lo había pensado; Elena era guapa y femenina, no era el prototipo que ella tenía de una lesbiana. Pero cuando recapacitó se dio cuenta de que las lesbianas que había conocido en los últimos años eran muy diferentes todas al prototipo que la sociedad tenía de ellas, que lo que realmente le había desconcertado era la posibilidad de que su intima amiga pudiera establecer una relación con otra mujer que no fuera ella y perderla. Sintió celos de cualquiera que fuera a ser la novia de Elena en el futuro; pero intentaría trabajar sobre eso para no perder a su amiga.
-No, no tengo planes. Y ya que no tengo casa, me vendrá bien estar entretenida y no volver a la de mis progenitores muy pronto.- confesó. Paula la miró extrañada. Apoyó los cubiertos apoyados en el plato y se puso seria.
-Cuéntame qué ha pasado
Elena le contó lo que había pasado la noche anterior en el bar de mujeres. Paula rió hasta que le lloraban los ojos cuando su amiga le dijo cómo había salido huyendo y no pudo sino echarle una buena bronca por ello, aunque por otra parte entendía por qué lo había hecho. Ella habría hecho lo mismo. No debía ser nada fácil darte cuenta de que tu dificultad en encontrar a un chico que te guste se debe a que no te gustan más que como amigos, y que lo que te pone son las tías. No podía imaginarse con una mujer en la cama, pero pensar que su amiga podría hacerlo le hizo sentirse celosa. No, no le gustaba Elena, pero cada vez que pensaba en la posibilidad de que esta pudiera conocer a alguien se sentía mal.-
-Pero acaba todo ahí….en el colmo de la resaca, esta mañana…..- continuó Elena . Paula esta vez no rió. Se puso muy seria y sus ojos se abrieron como platos. Se llevó las manos a la boca como intentando sofocar un chillido que no hubiera salido de su garganta porque lo que escuchaba ahora la había dejado sin palabras. Elena se echó a llorar. Toda la emoción reprimida le afloró y se desbordó. Paula no dudó en ponerse a su lado y abrazarla. Le repitió una y mil veces que todo iría bien, que las cosas pasan porque tienen que pasar y que debía mirarlo por el lado positivo. Acababa de quitarse la duda de si era lesbiana o no y sus padres lo sabia también. No tendría que llevar una doble vida cuando empezase a salir con mujeres. Con lo guapa que era no tendría problemas en encontrar a alguna. Pensó en el tipo de chica que le pegaba a su amiga. De nuevo sintió celos y , aunque no lo mostró porque no era ni el momento ni adecuado, no le gustó la sensación. El resto de la comida se centró en el nuevo ligue de Paula. decidieron tomar café en alguna terraza cerca del museo y que les diese el aire.Pagaron la cuenta y caminaron un rato en silencio. De repente se miraron y se echaron a reír. Paula echó a correr . Elena la siguió.
- ¡La última paga la cuenta!
————————————-
iban cargadas de bolsas. Acompañar a Marta significaba literalmente convertirse en porteador de bolsas. Si no fuera porque esos días de compras compulsivas se reducían a un par al año, parecería una adicta a las compras. Con tres hombres que odiaban ir de compras, Marta hacía años que había dejado de disfrutar del placer de ir una tarde de escaparates y compras con alguna amiga. Dado que las circunstancias de hoy habían sido favorables para ello, no quiso dejar pasar la oportunidad y arrastró a Irene con ella. Pero hasta ella se dio cuenta de que había comprado demasiadas cosas. Sus hormonas estaban demasiado revolucionadas desde que se había quedado embarazada. Su móvil sonó en su bolso pero no quería soltar las bolsas que tanto trabajo le había costado coger . Cuando el suyo cesó , el de Irene empezó a sonar.
-Hola Jon…Sí….estoy con tu mujer….No, no hemos oído su móvil…- mintió guiñando un ojo a su amiga. - demasiado ruido en la calle. Yo es que lo llevo en modo vibración en el bolsillo y por eso ….si, te la paso. ….Sí, luego iré con ella a ver el piso, nos vemos allí.
Puso el móvil en la oreja de su amiga y espero mientras esta hablaba con su marido. Quedaron directamente en el portal del piso que iban a ver. Eso le daría tiempo de ir a casa a dejar lo que había comprado , guardar lo que Ibán encontraría como compra totalmente injustificable a pesar de que nunca le había recriminado nada por ello. Después poco a poco Jon las iba encontrando como quien encuentra los huevos de Pascua y hacía algún comentario y nada más.
Mientras esperaba a que Marta guardase bien las compras no justificables, fue a la cocina a por algo de beber. Su móvil volvió a sonar. Marta le gritó desde su dormitorio que si era Jon le dijera que en cinco minutos se ponían de camino y que llegarían puntuales.
————————————————————
- ¡ Dios qué tarde es!. Tenemos que irnos. antes de ir a enseñar el piso debo pasar por la oficina a por unos papeles y las llaves. - cogió su bolso y tiró de su amiga . Elena bebió lo que le quedaba y la siguió. La oficina de la inmobiliaria estaba cerca, de ahí al piso tardarían unos diez minutos andando de modo que llegarían antes de la hora. Caminaron a paso ligero pero sin parar de hablar. Acordaron que Elena debía volver a aquel bar e intentar hablar con la mujer del día anterior, aunque después de lo que había hecho la noche anterior no querría saber nada más de ella. Según Paula tenían que buscar a alguien que las acompañase. Ellas dos solas parecerían una pareja y no querían eso. Elena bromeó diciendo que igual la que ligaba era su amiga y no ella . Paula fingió que se horrorizaba y las dos rieron. Llegaron al punto de encuentro pero los clientes no habían llegado aún. Sugirió tomarse algo en el bar que estaba a unos metros. No le apetecía esperar a pie de portal. Desde allí vería sin problemas cuando llegasen lo clientes.
———————-
- ¿ Cómo vamos de tiempo?
- Tarde,...o en hora, si caminamos un poco más rápido. - contestó Irene después de mirar la hora en su reloj.
- Pues aceleremos el paso. No quiero llegar tarde hoy. Ya sabes que Jon es siempre puntual y hoy también quiero serlo yo.- cogió a su amiga por el brazo y caminaron juntas a paso ligero.
Marta estaba radiante, el embarazo le sentaba muy bien ; y había pasado un divertido día de chicas con una de las personas que más quería después de su familia. Se conocían desde la universidad. Enseguida congeniaron. Eran un tándem perfecto, Marta era la loca espontaneidad e Irene la sensatez y la calma, La una suplía las carencias de la otra en todos los sentidos. Irene era una alumna brillante y su expediente en la carrera fue igualmente excepcional. A Marta le costaba más, no porque no fuera inteligente, que sí lo era, pero la fiesta le gustaba demasiado ,y siempre estaba dispuesta a cerrar el libro si alguien aparecía con una propuesta interesante. Irene estudiaba y facilitaba el trabajo a Marta poniéndola al día siempre . Marta sacaba a Irene de su enclaustramiento social . Irene evitó que Marta desviase su atención en la universidad, y Marta que Irene se convirtiese en un ser solitario en su afán de ser una alumna ejemplar. incluso al preparar los casos , una vez terminada la carrera , formaban un tándem perfecto. Con los años y la vida ambas habían cambiado , aunque su amistad permaneció inquebrantable ,siempre creyeron que la de la vida estable iba a ser Irene. Todo iba en ese sentido hasta que Marta conoció a Jon , de quien se enamoró perdidamente y quien obró la transformación en Marta. Llevaban quince años juntos , habían formado una preciosa familia y cada día estaban más enamorados. Marta hablaba sin parar mientras caminaban. Irene sintió enviada sana y recordó con tristeza que ella también tenía eso hasta aquel fatídico accidente . Lo que tuvo con Laura fue mágico, nunca discutían, con ella todo era fácil , siempre intentaba ver el lado positivo de las cosas, la hacía reír hasta cuando no hacía nada, llevó calma a su vida aunque tenía era hiperactiva y siempre estaba haciendo algo, aprendiendo algo. Despertarse a su lado por la mañana era abrir los ojos y tenerla esperando pacientemente para darle un beso de buenos días. La noche anterior, con Elena, muchas cosas se habían removido dentro de ella. Sintió que esta siendo infiel. Nunca había tenido esa sensación con cualquier otra mujer que hubiera conocido antes. Fue Elena la que salió huyendo, pero quizás también podría haberlo hecho ella . Y ahora lo que deseaba era verla de nuevo. No se lo había querido confesar a Marta , pero aquella noche no había podido dormir porque pensar en aquella mujer que apenas conocía era como enterrar definitivamente a Laura y eso le producía pánico. ¿ y si no fuera capaz de volver a sentir nunca mas todo aquello ? Manteniendo el recuerdo de Laura vivo dentro de ella podía mantener el sentimiento de la felicidad. Pero los recuerdos son sólo eso, recuerdos, y la realidad no era esa. Mantener el recuerdo de lo que fue le impedía poder volver a tener lo que tuvo, pero con otra persona, a quien podría amar también . Asimilarlo le resultaba duro, pero una vez más Marta tuvo razón, siempre hay alguien que nos hace abrir los ojos, cuando la persona adecuada llega no podemos hacer nada por impedirlo porque superará cada obstáculo que le pongamos.
-No veo a Jon en la puerta. No veo a nadie. No me puedo creer que vayamos a ser las primeras en llegar.
- ¡umm. Vaya par de mujeres guapas!- dijo una voz por detrás de ellas. Era iban. Se abrió paso entre las dos mujeres. Las abrazó y besó. Las dos amigas, cómplices en el secreto que Iban descubriría aquella noche, se miraron y rieron.- Cada vez que reís así me dais miedo. -Ellas rieron , él se limitó a encogerse de hombros y guiñar el ojo a su mujer. El móvil de Irene comenzó a sonar, lo sacó del bolso y vio que quien llamaba era su madre.
- Adelantaos, ahora enseguida voy, a ver que quiere mi madre.
Paula vio que la pareja a quienes iba a enseñar el piso se acercaban y avisó a Elena, que estaba de espaldas. El camarero seguía sin aparecer para cobrarles la consumición . Elena se levantó y dijo que ya iba a pagar ella mientras Paula iba al encuentro de los clientes.
( siento el retraso en publicar este capitulo. Digamos que el día que tocaba publicar este volví a nacer en sentido literal. Afortunadamente para mi había un centro médico cerca y gracias a la rapidez del médico todo ha quedado en un susto, que me va a durar una temporada pero que pasará. A veces pensamos que ciertas cosas sólo pasan en las películas o a los demás pero un día te toca a ti . los nuevos episodios los publicaré el 26 y el 30 de noviembre)