A este cuento de princesas sólo le faltaba una cosa para estar completo y me la acaban de regalar, os la pongo para que la escucheís y se la
pongaís a vuestras princesas:
" y apareció en tu vida, la chica de tus sueños, esa princesa herida, y ella curó tu infierno, porque tú no sabías, que aunque nacieras princesa, no querías un Romeo, esperabas a Julieta. Nadie supo explicarte por qué la querías, y el hombre de tu vida se llamaba María..."
pongaís a vuestras princesas:
" y apareció en tu vida, la chica de tus sueños, esa princesa herida, y ella curó tu infierno, porque tú no sabías, que aunque nacieras princesa, no querías un Romeo, esperabas a Julieta. Nadie supo explicarte por qué la querías, y el hombre de tu vida se llamaba María..."
Érase una vez dos princesas que andaban sin buscarse, pero acabaron encontrándose. Porque, éste podría ser un cuento de princesas, no de esas que salen en los cuentos, sino de princesas desconocidas, pero tan princesas o más que aquellas. Es la historia de un amor, o al menos eso creo, porque lo que las princesas de esta historia y las de los cuentos comparten es que, habiéndose reunido los enamorados, nada sabemos de cómo fue su vida después del encuentro. Quizás la Bella Durmiente descubrió, apenas unos días después, que su príncipe no era lo que ella había soñado y se fue a dormir de nuevo. Quizás la Cenicienta dejó de ser tan encantadora cuando consiguió casarse con el príncipe y éste acabó por divorciarse de ella…
Nuestras princesas modernas eran asiduas lectoras de blogs. La mayor parte de las veces se limitaban a leerse mutuamente, pero, casualidades de la vida (o no), aquel día la princesa Dorremí dejó un comentario en el blog de la princesa Deletrea de Eritrea. A la princesa Deletrea de Eritrea le hizo mucha risa el comentario y no pudo evitar la tentación de mandarle un mail a la princesa Dorremí haciéndoselo saber. La princesa Dorremí contestó y los mails empezaron a encadenarse entre ambas princesas. Los mails, inocentes, serios y amistosos, dieron paso a confidencias; las confidencias dieron paso a querer saber más, a no poder estar sin saber nada la una de la otra durante más de una hora. La princesa Dorremí se asustó y así se lo hizo saber a la princesa Deletrea de Eritrea. Tenía miedo de estar enamorándose de un personaje de ficción, de un fantasma, de una idea, ¿y si la princesa Deletrea de Eritrea no era lo que decía ser? ¿Y si la princesa Dorremí estaba jugando con la princesa Deletrea de Eritrea?
A las princesas sólo les quedaba una salida, conocerse y salir así de dudas. Una cita acabaría con la ficción y las devolvería a la realidad. El viernes, a las 8 en casa de la princesa Dorremí…
Y el viernes llegó y las princesas empezaron a prepararse para la cita. Veamos cómo…
En casa de la princesa Dorremí el despertador suena a las 6:00. Pipi, cocina y un café mientras se enciende el Pc. Comprueba el correo, lee la prensa y desayuna.
En casa de la princesa Deletrea de Eritrea el despertador también suena a las 6:00, pero la princesa Deletrea odia madrugar así que araña unos minutos al día, tiene sueño y le apetece que le acaricien un ratito, pero no hay nadie para hacerlo. Quizás tenga suerte esa noche.
6:20. se levanta, prepara el desayuno y, mientras se lo tomo lee y contesta a los mails de la princesa Dorremí.
7:00: Ducha. Se lava el pelo y se depila todo el cuerpo con cuchilla. Se deja un discreto triángulo en sus partes íntimas. Se seca el pelo y se lo alisa. No va a ir a la peluquería porque quiere que su pelo parezca natural y su peluquera tiene tendencia al exceso de uso de fijador y no le gusta.
7:00. se viste. Revisa su cuerpo. No hay pelillos incordiantes asi que no hay que depilarse. Se viste para ir a trabajar. Ya pensará a lo largo del día qué se pondrá para acudir a su cita.
7:30. decide qué ropa se pondrá esa noche…o al menos lo intenta…
8:00. se viste y se va a trabajar…..y en el trabajo…..la mañana se resume en: trabajar y pensar en la princesa Deletrea, trabajar y pensar en la princesa Deletrea, trabajar y pensar en la princesa Deletrea…
8:00. empieza a trabajar. Quiere terminar pronto pero tiene mucho trabajo en la mesa. Le manda un correo a la princesa Dorremí comunicándole la restricción de mails para ese día. Quiere terminar todo por si acaso una enfermedad la retiene en la cama de la princesa Dorremí a la mañana siguiente..
13:00. hace las compras de la cena de la noche.
17:00. termina de trabajar. Se va a casa y se da una ducha. Hidrata su cuerpo para tenerlo muy suave esa noche. Se pone poco maquillaje, pero no sale de casa sin pintarse los labios..
17.30. Sale del trabajo y se va a casa.
18:00. prepara la decoración. Abre una botella de vino tinto y busca la música que irá de hilo musical. Empieza a preparar la cena…
18:20. coje la botella de vino que había comprado el día anterior, una rosa y el paquetito que incluye el detalle para endulzar el postre que no tomarán en la mesa
19:00. se da una ducha rápida y se cambia. Llega la princesa Deletrea de Eritrea. Dos besos, coje su chaqueta y le enseña su casa. Luego van al comedor, la princesa Dorremí sirve el vino y se sientan en el sofá a charlar…
19:00. La princesa Deletrea llega a casa de la princesa Dorremí. Se dan dos besos. Le enseña su casa, es muy bonita y acogedora. Coge la copa de vino que le ofrece la princesa Dorremí y se sientan en el sofá. La princesa Dorremí se ha sentado en la otra punta del inmenso sofá. La princesa Deletrea quiere acercarse a ella así que, fijándose en el libro que la princesa Dorremí tiene a su lado, se levanta, lo coje y sentándose al lado de la princesa Dorremí, le pregunta por él. La mira. Su copa ya está vacía, la princesa Dorremí está nerviosa y bebe deprisa…antes de que la vuelva a llenar le ofrece la suya. Coje su mano por primera vez para acercar la copa a su boca, bebe un sorbo y mira a la princesa Deletrea, quien la mira a su vez, acercándose a ella, despacio y besándola.
20:00. la cena está lista y pasan a la mesa. La princesa Dorremí está un poco cortada, pero el vino la va animando y le va cojiendo la mano a la princesa Deletrea de Eritrea durante la cena hasta que en los postres, por fín, se atreve a darle un beso ella.….
la cena ha ido bien, ha sido distendida y me ha tocado mucho. Al acabar, la tensión sexual es muy grande. ¿Para qué esperar más? La princesa Deletrea de Eritrea se levanta, se acerca a la princesa Dorremí, la coje de la mano y la dirije, en silencio a su dormitorio…
La princesa Dorremí se deja hacer porque es lo que lleva esperando desde que se mandaron los primeros mails. Se siente como un animal con el deseo sexual desbordado y con la necesidad de poseerla. Nunca se habían visto y por eso el deseo era tan fuerte, pero no puede dejar de reconocer, que ha aumentado al verla. Sabe que sólo habrá una noche, esa noche. Sus vidas no les dejan otra opción. Así que sólo le quedaba tomarlo o perderlo,y decidió tomarlo, aún en su brevedad. La princesa Dorremí se despierta a las 2:00 am y ve que la princesa Deletrea aún está con ella. La mira y la vuelva a besar. Es consciente de que, por primera vez le ha hecho el amor a una mujer que ha recibido y ha sido anfitriona de su amor. No ha habido rivalidad entre ellas, sino intercambio.” Me ha amado de verdad, y yo a ella”. Mañana quedará el olor en la almohada y una rosa en un vaso. La princesa Dorremí volverá a su vida fingida pero sabiendo que ha sido intensamente amada por unas horas…o al menos eso es lo que ella cree.
Y, ¿la princesa Deletrea de Eritrea? ¿Qué sintió? Esto es lo que me contó ella misma:
.... Llegamos al dormitorio. Me mira interrogativamente. Me paro cerca de la cama. Ella hace amago de desabrocharse la blusa, pero cojo sus manos y le hago un gesto indicándole que no, que yo me ocupo. Desabrocho su falda y la dejo caer al suelo. Me acerco a ella y, mirándola fijamente a los ojos, en silencio, acaricio sus piernas y sus nalgas. Nada de besos en la boca aún. Pero yo sí que poso mis labios en su cuello, y entonces, empiezo a desatar su blusa, desde abajo, se la quito y veo su cuerpo en ropa interior, esperándome. Me gusta lo que veo y noto como me mojo y empiezo a excitarme, pero necesito sentir que me desea, oír sus gemidos.
Quizás se ha dado cuenta, porque empieza a desnudarme con rapidez. Su urgencia me excita cada vez más y empezamos una pelea de gatas por llevar el control del momento. Me lame el cuello y me mojo más. Ya desnudas, su cuerpo es una visión deliciosa. Quiero más y me agacho para meter mi boca entre sus piernas, en busca de su sexo. No hace nada por impedírmelo. Está húmedo, supongo que tiene tantas ganas de correrse como yo. Tira de mí para que suba y me empuja sobre la cama. “quiero mi postre. Me dijiste que yo podría tomármelo primero. ¿Acaso vas a faltar a tu palabra?". Sonrío, me pongo cómoda y le dejo hacer. Su lengua se mueve por mi sexo con destreza, aunque ella me dijo que yo era su segunda vez. Si es así ahora, ¿cómo será cuando haya practicado más? Siento cómo mi sexo se inflama, arqueo las caderas de placer. Creo que no se puede sentir más placer que el que me está dando. Yo también quiero comer de su sexo. Le pido que me deje pero se niega, "primero yo, ¿recuerdas?”. Ha introducido su dedo dentro de mi y lo mueve con suavidad mientras sigue lamiéndome el clítoris. De repente mi sexo sufre una sacudida de placer intenso y me corro. "ahora yo", le digo y ella sonríe. Sube y me besa en los labios. Su mirada me deja saber cuan importante era mi placer para ella. Me pide que la abrace,” lo necesito”, me dice. Unos minutos después soy yo quien le da placer a ella. "quédate sobre mi unos minutos, quiero sentirte así, cerca de mi". Accedo a su deseo. Nos dormimos juntas, felices, no sabiendo muy bien qué pasará mañana, pero de eso ya nos ocuparemos mañana. Hoy hemos tenido nuestra parcela de felicidad y eso ya será nuestro para siempre. Se queda dormida y me paso la noche observándola, cuidando su sueño. Sobre las 2:00 se despierta y me hago la dormida. Me besa con cuidado en los labios y me acaricia la cara, muy bajito susurra un " pase lo que pase a partir de mañana, nunca podré olvidarte".
Me levanto antes de que amanezca, sin despertarla, y me voy. En su oficina, mañana cuando llegue, encontrará dos rosas y una nota: " no sé lo que pasará mañana, pero hoy sé que quiero seguir estando en tu vida. Tú decides cuando hacer que esas dos rosas se conviertan en otro momento contigo. Ya te echo de menos. "
La princesa Dorremí lloró de felicidad e impotencia. Su vida había sido una mentira durante años, fingiendo lo que no era ni sentía, pero por fin, había un poquito de realidad. No sabemos si han comido perdices, seguramente no, porque hay manjares mucho más exquisitos. No sabemos si vivirán felices el resto de sus días, pero sabemos que hoy sí lo son.
Nuestras princesas modernas eran asiduas lectoras de blogs. La mayor parte de las veces se limitaban a leerse mutuamente, pero, casualidades de la vida (o no), aquel día la princesa Dorremí dejó un comentario en el blog de la princesa Deletrea de Eritrea. A la princesa Deletrea de Eritrea le hizo mucha risa el comentario y no pudo evitar la tentación de mandarle un mail a la princesa Dorremí haciéndoselo saber. La princesa Dorremí contestó y los mails empezaron a encadenarse entre ambas princesas. Los mails, inocentes, serios y amistosos, dieron paso a confidencias; las confidencias dieron paso a querer saber más, a no poder estar sin saber nada la una de la otra durante más de una hora. La princesa Dorremí se asustó y así se lo hizo saber a la princesa Deletrea de Eritrea. Tenía miedo de estar enamorándose de un personaje de ficción, de un fantasma, de una idea, ¿y si la princesa Deletrea de Eritrea no era lo que decía ser? ¿Y si la princesa Dorremí estaba jugando con la princesa Deletrea de Eritrea?
A las princesas sólo les quedaba una salida, conocerse y salir así de dudas. Una cita acabaría con la ficción y las devolvería a la realidad. El viernes, a las 8 en casa de la princesa Dorremí…
Y el viernes llegó y las princesas empezaron a prepararse para la cita. Veamos cómo…
En casa de la princesa Dorremí el despertador suena a las 6:00. Pipi, cocina y un café mientras se enciende el Pc. Comprueba el correo, lee la prensa y desayuna.
En casa de la princesa Deletrea de Eritrea el despertador también suena a las 6:00, pero la princesa Deletrea odia madrugar así que araña unos minutos al día, tiene sueño y le apetece que le acaricien un ratito, pero no hay nadie para hacerlo. Quizás tenga suerte esa noche.
6:20. se levanta, prepara el desayuno y, mientras se lo tomo lee y contesta a los mails de la princesa Dorremí.
7:00: Ducha. Se lava el pelo y se depila todo el cuerpo con cuchilla. Se deja un discreto triángulo en sus partes íntimas. Se seca el pelo y se lo alisa. No va a ir a la peluquería porque quiere que su pelo parezca natural y su peluquera tiene tendencia al exceso de uso de fijador y no le gusta.
7:00. se viste. Revisa su cuerpo. No hay pelillos incordiantes asi que no hay que depilarse. Se viste para ir a trabajar. Ya pensará a lo largo del día qué se pondrá para acudir a su cita.
7:30. decide qué ropa se pondrá esa noche…o al menos lo intenta…
8:00. se viste y se va a trabajar…..y en el trabajo…..la mañana se resume en: trabajar y pensar en la princesa Deletrea, trabajar y pensar en la princesa Deletrea, trabajar y pensar en la princesa Deletrea…
8:00. empieza a trabajar. Quiere terminar pronto pero tiene mucho trabajo en la mesa. Le manda un correo a la princesa Dorremí comunicándole la restricción de mails para ese día. Quiere terminar todo por si acaso una enfermedad la retiene en la cama de la princesa Dorremí a la mañana siguiente..
13:00. hace las compras de la cena de la noche.
17:00. termina de trabajar. Se va a casa y se da una ducha. Hidrata su cuerpo para tenerlo muy suave esa noche. Se pone poco maquillaje, pero no sale de casa sin pintarse los labios..
17.30. Sale del trabajo y se va a casa.
18:00. prepara la decoración. Abre una botella de vino tinto y busca la música que irá de hilo musical. Empieza a preparar la cena…
18:20. coje la botella de vino que había comprado el día anterior, una rosa y el paquetito que incluye el detalle para endulzar el postre que no tomarán en la mesa
19:00. se da una ducha rápida y se cambia. Llega la princesa Deletrea de Eritrea. Dos besos, coje su chaqueta y le enseña su casa. Luego van al comedor, la princesa Dorremí sirve el vino y se sientan en el sofá a charlar…
19:00. La princesa Deletrea llega a casa de la princesa Dorremí. Se dan dos besos. Le enseña su casa, es muy bonita y acogedora. Coge la copa de vino que le ofrece la princesa Dorremí y se sientan en el sofá. La princesa Dorremí se ha sentado en la otra punta del inmenso sofá. La princesa Deletrea quiere acercarse a ella así que, fijándose en el libro que la princesa Dorremí tiene a su lado, se levanta, lo coje y sentándose al lado de la princesa Dorremí, le pregunta por él. La mira. Su copa ya está vacía, la princesa Dorremí está nerviosa y bebe deprisa…antes de que la vuelva a llenar le ofrece la suya. Coje su mano por primera vez para acercar la copa a su boca, bebe un sorbo y mira a la princesa Deletrea, quien la mira a su vez, acercándose a ella, despacio y besándola.
20:00. la cena está lista y pasan a la mesa. La princesa Dorremí está un poco cortada, pero el vino la va animando y le va cojiendo la mano a la princesa Deletrea de Eritrea durante la cena hasta que en los postres, por fín, se atreve a darle un beso ella.….
la cena ha ido bien, ha sido distendida y me ha tocado mucho. Al acabar, la tensión sexual es muy grande. ¿Para qué esperar más? La princesa Deletrea de Eritrea se levanta, se acerca a la princesa Dorremí, la coje de la mano y la dirije, en silencio a su dormitorio…
La princesa Dorremí se deja hacer porque es lo que lleva esperando desde que se mandaron los primeros mails. Se siente como un animal con el deseo sexual desbordado y con la necesidad de poseerla. Nunca se habían visto y por eso el deseo era tan fuerte, pero no puede dejar de reconocer, que ha aumentado al verla. Sabe que sólo habrá una noche, esa noche. Sus vidas no les dejan otra opción. Así que sólo le quedaba tomarlo o perderlo,y decidió tomarlo, aún en su brevedad. La princesa Dorremí se despierta a las 2:00 am y ve que la princesa Deletrea aún está con ella. La mira y la vuelva a besar. Es consciente de que, por primera vez le ha hecho el amor a una mujer que ha recibido y ha sido anfitriona de su amor. No ha habido rivalidad entre ellas, sino intercambio.” Me ha amado de verdad, y yo a ella”. Mañana quedará el olor en la almohada y una rosa en un vaso. La princesa Dorremí volverá a su vida fingida pero sabiendo que ha sido intensamente amada por unas horas…o al menos eso es lo que ella cree.
Y, ¿la princesa Deletrea de Eritrea? ¿Qué sintió? Esto es lo que me contó ella misma:
.... Llegamos al dormitorio. Me mira interrogativamente. Me paro cerca de la cama. Ella hace amago de desabrocharse la blusa, pero cojo sus manos y le hago un gesto indicándole que no, que yo me ocupo. Desabrocho su falda y la dejo caer al suelo. Me acerco a ella y, mirándola fijamente a los ojos, en silencio, acaricio sus piernas y sus nalgas. Nada de besos en la boca aún. Pero yo sí que poso mis labios en su cuello, y entonces, empiezo a desatar su blusa, desde abajo, se la quito y veo su cuerpo en ropa interior, esperándome. Me gusta lo que veo y noto como me mojo y empiezo a excitarme, pero necesito sentir que me desea, oír sus gemidos.
Quizás se ha dado cuenta, porque empieza a desnudarme con rapidez. Su urgencia me excita cada vez más y empezamos una pelea de gatas por llevar el control del momento. Me lame el cuello y me mojo más. Ya desnudas, su cuerpo es una visión deliciosa. Quiero más y me agacho para meter mi boca entre sus piernas, en busca de su sexo. No hace nada por impedírmelo. Está húmedo, supongo que tiene tantas ganas de correrse como yo. Tira de mí para que suba y me empuja sobre la cama. “quiero mi postre. Me dijiste que yo podría tomármelo primero. ¿Acaso vas a faltar a tu palabra?". Sonrío, me pongo cómoda y le dejo hacer. Su lengua se mueve por mi sexo con destreza, aunque ella me dijo que yo era su segunda vez. Si es así ahora, ¿cómo será cuando haya practicado más? Siento cómo mi sexo se inflama, arqueo las caderas de placer. Creo que no se puede sentir más placer que el que me está dando. Yo también quiero comer de su sexo. Le pido que me deje pero se niega, "primero yo, ¿recuerdas?”. Ha introducido su dedo dentro de mi y lo mueve con suavidad mientras sigue lamiéndome el clítoris. De repente mi sexo sufre una sacudida de placer intenso y me corro. "ahora yo", le digo y ella sonríe. Sube y me besa en los labios. Su mirada me deja saber cuan importante era mi placer para ella. Me pide que la abrace,” lo necesito”, me dice. Unos minutos después soy yo quien le da placer a ella. "quédate sobre mi unos minutos, quiero sentirte así, cerca de mi". Accedo a su deseo. Nos dormimos juntas, felices, no sabiendo muy bien qué pasará mañana, pero de eso ya nos ocuparemos mañana. Hoy hemos tenido nuestra parcela de felicidad y eso ya será nuestro para siempre. Se queda dormida y me paso la noche observándola, cuidando su sueño. Sobre las 2:00 se despierta y me hago la dormida. Me besa con cuidado en los labios y me acaricia la cara, muy bajito susurra un " pase lo que pase a partir de mañana, nunca podré olvidarte".
Me levanto antes de que amanezca, sin despertarla, y me voy. En su oficina, mañana cuando llegue, encontrará dos rosas y una nota: " no sé lo que pasará mañana, pero hoy sé que quiero seguir estando en tu vida. Tú decides cuando hacer que esas dos rosas se conviertan en otro momento contigo. Ya te echo de menos. "
La princesa Dorremí lloró de felicidad e impotencia. Su vida había sido una mentira durante años, fingiendo lo que no era ni sentía, pero por fin, había un poquito de realidad. No sabemos si han comido perdices, seguramente no, porque hay manjares mucho más exquisitos. No sabemos si vivirán felices el resto de sus días, pero sabemos que hoy sí lo son.
"Princesas olvidadas o desconocidas", de Philippe Lechermier y Rèbecca Dautremer. un magnífico libro que he tenido la suerte de conocer gracias a que me lo han regalado. Es un libro para compartir, para buscar a la princesa que tú crees ser, a tu princesa . Las ilustraciones son fantásticas. Mis princesas preferidas: las dos que he escogido para mi cuento.