Ayer fue un día de tata y sobrino. me llevé a mi sobrino a pasar la tarde juntos, comprar su regalo de cumpleaños y cenar en MacDonalds como el me había pedido. Fue una tarde preciosa y él me dijo que le había encantado con lo cual volví a casa que se me caía la baba de satisfacción. Desde que nació siempre he celebrado con él su cumpleaños, dedicándole un tiempo especial que él ha sabido corresponder, afortunadamente para mi.
Hace diez años, cuando nació yo estaba un tanto agobiada, me preocupaba que no me quisiera tanto como yo le quería a él ya desde antes de nacer. Ya desde bebé hemos tenido una relación muy especial entre tía y sobrino. Pocas son las veces que me ha llamado tía, para él y para su hermana soy su tata, o su segunda mamá, porque muchas veces me llaman así. Realmente son como dos hijos para mi, los que yo no he tenido. Superado con los años el que me quisiera , cuando contaba cinco años nació su hermana. Entonces yo no tenía agobio por el mismo tema, me preocupaba no querer a la niña tanto como quería a su hermano. Afortunadamente, también aquí el tiempo ha demostrado que la quiero tanto como a él, que los dos especiales para mi de la misma manera y que con ambos tengo una relación muy especial. A veces pienso en lo que sería tener un hijo propio viendo lo que siento por mis sobrinos y lo que he vivido con ellos a nivel maternal .
y hoy...he vuelto a quedar para el pintxo pote de los domingos por la mañana que tanto me gusta. Es una de las cosas que he recuperado. El de la semana pasada me hizo ver una etapa nueva de mi vida que me encanta, quedar con amigas y su bebé. Es diferente, pero me gusta. Hoy ha sido diferente y entre zuritos, vinos y pintxos hemos hablado de la vida, de cómo hemos cambiado , de la evolución personal después de ciertos momentos personales difíciles que nos han obligado a cambiar nuestra vida nos gustase o no. He llegado a la conclusión de que estoy en uno de los mejores momentos de mi vida, con las ideas muy claras, cada día más tranquila y físicamente también más guapa después de mucho tiempo de verme demacrada al mirarme al espejo. He hecho cambios en mi vida, he dejado cosas y vivo la vida más plenamente. Me gusta lo que consigo día a día, no hago ya planes a largo plazo, vivo el presente y hago cosas de modo más espontáneo que nunca antes.
ayer estuve hora y pico escuchando música en la cama antes de dormirme, no recordaba la última vez que había hecho eso. hay tantas cosas que había dejado de hacer...