martes, 27 de mayo de 2014

hoy quiero dormir para mañana poder encontrarte sin tener que buscarte


Hoy os dejo un precioso poema titulado " Los amorosos", de Jaime Sabines, declamado por el propio autor. Escuchadlo, leedlo y espero que no os deje indiferentes. ¿Sois de ese tipo ? Espero que no .


Los amorosos callan. 
El amor es el silencio más fino, 
el más tembloroso, el más insoportable. 
Los amorosos buscan, 
los amorosos son los que abandonan, 
son los que cambian, los que olvidan. 

Su corazón les dice que nunca han de encontrar, 
no encuentran, buscan. 
Los amorosos andan como locos 
porque están solos, solos, solos, 
entregándose, dándose a cada rato, 
llorando porque no salvan al amor. 

Les preocupa el amor. Los amorosos 
viven al día, no pueden hacer más, no saben. 
Siempre se están yendo, 
siempre, hacia alguna parte. 
Esperan, 
no esperan nada, pero esperan. 

Saben que nunca han de encontrar. 
El amor es la prórroga perpetua, 
siempre el paso siguiente, el otro, el otro. 
Los amorosos son los insaciables, 
los que siempre -¡que bueno!- han de estar solos. 
Los amorosos son la hidra del cuento. 

Tienen serpientes en lugar de brazos. 
Las venas del cuello se les hinchan 
también como serpientes para asfixiarlos. 
Los amorosos no pueden dormir 
porque si se duermen se los comen los gusanos. 
En la oscuridad abren los ojos 
y les cae en ellos el espanto. 
Encuentran alacranes bajo la sábana 
y su cama flota como sobre un lago. 

Los amorosos son locos, sólo locos, 
sin Dios y sin diablo. 
Los amorosos salen de sus cuevas 
temblorosos, hambrientos, 
a cazar fantasmas. 
Se ríen de las gentes que lo saben todo, 
de las que aman a perpetuidad, verídicamente, 
de las que creen en el amor 
como una lámpara de inagotable aceite. 

Los amorosos juegan a coger el agua, 
a tatuar el humo, a no irse. 
Juegan el largo, el triste juego del amor. 
Nadie ha de resignarse. 
Dicen que nadie ha de resignarse. 
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación. 
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla, 
la muerte les fermenta detrás de los ojos, 
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada 
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente. 

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida, 
a mujeres que duermen con la mano en el sexo, 
complacidas, 
a arroyos de agua tierna y a cocinas. 
Los amorosos se ponen a cantar entre labios 
una canción no aprendida, 
y se van llorando, llorando, 
la hermosa vida.

domingo, 18 de mayo de 2014

Ya no me acuerdo de olvidarte



ya no me acuerdo de olvidarte
y por eso puedo recordarte
en mi pasado y en mi presente

ya no me acuerdo de olvidarte
no me queman los ojos de llorarte
no se me desgarra el corazón al saber el tuyo latir por otra

ya no me acuerdo de olvidarte
de intentar borrarte de mi mente
de los sitios en los que fui feliz contigo
de las palabras de amor que me dijiste y no cumpliste

ya no me acuerdo de olvidarte
porque acabé por verte como realmente eres
y descubrí que, ciertamente
el amor es ciego y a algunas esa ceguera les dura eternamente
y otras tenemos la suerte de recuperar la vista

ya no me acuerdo de olvidarte 
porque ni tú eres la mujer de la que yo me enamoré
ni yo la mujer que de ti se enamoró

ya no me acuerdo de olvidarte
porque no tengo ninguna razón para pensar en ti

( esbozo para un relato)

os dejo esta canción de Zenet que me parece fantástica. Feliz semana


lunes, 12 de mayo de 2014

yo de mayor también quiero ser una vieja dama indigna

Hace ya unos cuantos años cayó en mis manos por casualidad " El mismo mar de todos los veranos", la primera novela de Esther Tusquets.  Me encantó y empecé a comprar, y leer, toda su obra. 
Esther Tusqueus murió hace ya casi dos años, en julio de 2012m, mientras yo pasaba mis vacaciones de verano en Ibiza. Así como Carmen Balcells es la gran agente literaria de este país ; Esther Tusquets, fue y será aún durante mucho tiempo, la gran editora . Espero que el tiempo le den el justo reconocimiento y lugar en la historia editorial de este país que tanto se merece .
Decía Esther Tusquets en sus memorias que la gustaba ser una vieja dama indigna. No le gustaba la vejez ni todo lo que la vejez trae consigo. A mi tampoco me gusta la idea de llegar a cierta edad y las consecuencias de esa edad sobre nuestro cuerpo y nuestra vida. Pero, llegar a cierta edad le había permitido hacer,  pero sobre todo decir lo que deseaba sin ningún tipo de pudor o miedo a las posibles consecuencias. Y, ¡ vaya si lo hizo en sus memorias! No creo que callase muchas cosas cuando era joven, vivió una vida muy interesante en unos tiempos en los que el común de los españolitos y españolitas de la época no podían disfrutar, muchos ni soñar con ello, de unas libertades de acto, pensamiento y palabra que ella sí disfrutó. 
Empezó a escribir tarde y publicó su primer libro pasados los ya los cuarenta años, así que aún estoy a tiempos de poder seguir una carrera en el mundo literario como tanto deseo y me gusta.
Esther Tusquets tuvo una relación complicada de amor y odio con su madre. No sé si yo le hubiera gustado como hija, pero a mi me hubiera encantado tenerla como madre. Siendo esto imposible, sólo me queda poder vivir mi vida de ahora en adelante lo mejor que pueda y llegar a mayor habiendo vivido lo suficiente para poder entrar el el club de la viejas damas indignas.

martes, 6 de mayo de 2014

abro todos los días el buzón esperando encontrar la carta de un amor o una postal de alguien que en su viaje se acordó de mi


Abro todos los días el buzón esperando encontrar la carta de amor de una desconocida, alguien que en su viaje por la vida se tropezó conmigo  y se enamoró de mí. Una carta a la vieja usanza, escrita en papel con boli , para ver su letra arrastrarse palabra a palabra, línea a línea, hablándome de cosas de amor, de cosas cotidianas, de esas cosas que las amantes comparten en secreto; una carta, en definitiva, de esas que hablan de cosas de hace unos días pero que tú conoces hoy, sin la inmediatez de las nuevas tecnologías, con la calma de tener que leerla con ansia la primera vez, con calma la segunda, saboreando las partes que más nos estremecen.
Una carta así no debe ser leída de cualquier manera, hay que seguir un ritual. Hay que esperar para abrirla hasta traspasar el umbral de la puerta, y una vez hecho, rasgar con celeridad el sobre para atrapar el tesoro que contiene, leer la carta apresuradamente, los ojos avanzando veloces por las palabras, brillantes, la sonrisa instalada en la cara y el corazón palpitante. Y por supuesto, hay que pensar en contestar cuanto antes, con lo leído aun fresco en la mente y todas las sensaciones y sentimientos a flor de piel. 
No fumo, pero siempre me ha parecido que si tuviera algún día que contestar a una carta de amor así me encantaría tener un paquete de cigarrillos a mano y un mechero zippo además de una pluma con tinta negra y papel de buena calidad , a rayas, porque nunca he sabido escribir recto en un folio en blanco. Me sentaría cómodamente , pondría el papel sobre la mesa, una mesa  de madera, quitaría el capuchón de la pluma , la apoyaría sobre el papel en blanco y después cogería el paquete de cigarrillos, sacaría uno con calma y lo encendería con ese encanto mágico que tenía Marlene Dietrich,  lo pondría en la mano izquierda, cogería la pluma, una montblanc Boheme o una Parker Duofold, y daría una calada al cigarrillo - tiempo suficiente para pensar en cómo empezar la carta - y echaría el humo para ponerme después a escribir. ...... " Querida Laura : ............."  
Pero , ya nadie escribe cartas de amor en papel, y por eso nadie recibe cartas de amor de desconocidas. ¡ Cuan romántico sería que fuésemos capaces de mantener , entre todos los avances del presente, algunas de las maravillosas cosas del pasado! Así que con la esperanza de que alguna reconocida me escriba esa carta, voy a comprarme un encendedor tipo Zippo porque me encantan y siempre he deseado tener uno, y compraré un paquete de cigarrillos también, y papel con rayas , y lo pondré todo en un cajón esperando ese día en el que reciba la más bonita carta de amor que nadie me ha escrito para poder responder como se merece.