jueves, 26 de agosto de 2010

Despiértame cuando termine septiembre

Mañana me voy. Será una escapada breve pero me apetece mucho cambiar de aires , aunque sé que eso no evitará que septiembre llegue. En septiembre siempre me siento como en diciembre, haciendo repaso de lo que pudo ser, lo que fue, lo que quise hacer, lo que hice y lo que no y por supuesto, la lista de propósitos para el nuevo curso sabiendo que las respuestas al ¿ qué ? ¿ quién? ¿ cuando? ¿ dónde ? ¿ cómo? ¿ por qué?, sólo pueden ser responsabilidad mía y de lo que yo haga.
La única expectativa que tenía para este verano es que fuera diferente y no negativo como el del año pasado y puedo decir que lo he conseguido. He superado la prueba. Podría haber sido mucho mejor pero he aprendido que todo puede ser siempre mejor por muy buenas que las cosas sean.
He dejado de perseguir la quimera de El Dorado y me he embarcado en una carabela para intentar, cual Cristóbala Colona, descubrir mis Américas. Me he apuntado al club de los imperfectos y , con el carnet de socia, me han dado una camiseta que dice : " Altamente imperfecta busca idem". Después me han dado una inyección de ironía para compensar la vulnerabilidad del romanticismo y me han dicho que mi humor goza de excelente salud aunque tengo un poco descompensada la razón en favor del corazón así que, que tenga cuidado.
Ahora sólo desear que alguien me despierte cuando septiembre termine para emprender viaje cuando la rutina haya encontrado su rutina..
Pd: es la primera vez q viajo con la tarjeta de embarque en un sms en el móvil así que espero haberlo hecho bien....

lunes, 23 de agosto de 2010

Pequeños deseos de lunes por la mañana

Hoy he podido dormir con la sangre fría y el corazón caliente. Me he llevado de copas a la melancolía y, apoyadas en la barra de un bar, vodka con limón en mano, he prometido interceder por ella con el dolor para que pueda divorciarse de la memoria.
He paseado por calles desiertas bajo una lluvia purificante después de inyectarme en vena café bien cargado que ahogase el sueño que, infiel, empezaba a querer irse a los brazos de Morfeo bajo un sol resplandeciente que huía perseguido por negras y amenazantes nubes.
En mi mano derecha el reloj marcaba en mi retina las 12:15 de un día en el que yo debía estar ahí y tú pasabas por casualidad buscando adjetivos con los que decorar el resto de tu vida.
Desde entonces vuelvo cada día esperando que la huidiza casualidad te haga tropezar con mi maleta cargada de adjetivos dulces y preciosos como tú mis gafas de sol caigan al suelo, mis ojos no miren la hora, Morfeo esté buscando otros brazos, las calles ya no estén desiertas, la lluvia no te haga quedarte en casa y, vodka con naranja en mano esta vez, la memoria empiece un nuevo libro mientras el dolor se torna gozo y yo acabe insomne por ti.

miércoles, 18 de agosto de 2010

La inútil precaución



Siempre hay cosas pendientes en la vida, aún me quedan muchas por tachar, pero ya he visto mi primera Opera y me ha encantado. He visto justo la versión del video que os pongo. Ahora toca ver más y verla en directo, porque si en dvd me ha encantado, en directo tiene que ser espectacular. Lo malo es que debo estar muy sensible y las cosas del cuore me afectan un poquito estos días. He estado mucho tiempo sin querer enamorarme pero ahora estoy bien y echo de menos la vida en pareja así que algo tendré que hacer.....

Os dejo el argumento de esta Opera bufa de Rosini, y arriba un video. hay muchos momentos espléndidos y no sabía cual escoger , espero que os guste.

Una plaza en Sevilla, al amanecer. El conde Almaviva ha preparado una serenata para la Bella Rosina, pupila del doctor Bartolo. Los músicos ocupan sus puestos en silencio y el Conde canta al pie de la ventana. Como Rosina no aparece, paga a los músicos y se queda aguardando, pero se esconde al oír que alguien se acerca. Es Fígaro, el barbero de Sevilla, quien hace gala de su profesión, que le abre todas las puertas de la ciudad y le permite participar en todas las intrigas amorosas. Cuando llega reconoce al Conde, pero éste le pide que no revele su nombre, ya que ha seguido en secreto a Rosina hasta allí.

Fígaro sabe todo de ella: es la pupila del doctor Bartolo, y el viejo quiere casarse con ella. El Conde, que no quiere que Rosina le acepte a él por el esposo por su riqueza y sus títulos, pretende hacerse pasar por un pobre estudiante, Lindoro. Cuando ella se dispone a responder, la ventana se cierra de golpe. Como el Conde le ha prometido una recompensa, Fígaro inventa un plan. El Conde deberá entrar en casa de Bartolo vestido de soldado, pidiendo alojamiento. Si además finge estar ebrio, el tutor no tendrá sospecha alguna. Los dos deciden poner en marcha su plan.

Cuadro Segundo
En el interior de casa de Bartolo. Rosina, sola, acaba de terminar de escribir una carta a Lindoro. Aparece Fígaro, pero antes de que los dos puedan hablar entra Bartolo. Don Basilio, maestro de música y amigo de Bartolo, trae la noticia de la llegada a Sevilla del Conde Almaviva, enamorado en secreto de Rosina, y propone difamar al Conde por medio de rumores infundados. Bartolo prefiere casarse ese mismo día con Rosina y los dos salen para redactar el contrato matrimonial. Figaro, que ha escuchado la conversación, advierte a Rosina. Al mismo tiempo que ella asegura al barbero que será capaz de enfrentarse a esa situación, Rosina manifiesta algunas dudas sobre las intenciones del joven que ha visto en compañía de Fígaro. Éste le responde que se trata de un pariente pobre que no tiene otro defecto que estar locamente enamorado de Rosina. Cuando Fígaro sugiere a la joven que escriba a Lindoro, ella le sorprende con su carta ya redactada.

Fígaro se dispone a llevársela a su destinatario. El desconfiado Bartolo acusa a Rosina de haber escrito a su amado: sus dedos esta manchados de tinta, falta una cuartilla y ha utilizado la pluma. La amenaza con encerrarla en casa. El Conde, disfrazado de soldado ebrio, llama a la puerta. Dice a Bartolo que busca alojamiento. Cuando aparece Rosina, el Conde le revela que él es Lindoro. Bartolo trae una orden que le exime de dar alojamiento a los militares, pero el Conde hace volar el papel. En la confusión entrega una nota a Rosina, que ella hace pasar por una lista de la lavandería, para exasperación de Bartolo. Entran la criada Berta y Don Basilio. Fígaro regresa informándoles de que el ruido se oye en toda la ciudad. En ese momento, los soldados llaman a la puerta. Todos los personajes tratan de explicar la situación, creando un caos aún mayor. El oficial detiene al Conde, pero cuando éste extrae un documento es inmediatamente liberado. Bartolo se queda mudo de estupor, luego explota de cólera, mientras todos expresan su completa confusión ante los acontecimientos del día.




Segundo Acto
Bartolo teme que el soldado pudiera ser un emisario del Conde de Almaviva. De nuevo llaman a la puerta. Es el Conde, esta vez disfrazado de “Don Alonso”, maestro de música, un alumno de Don Basilio, que ha sido enviado por su maestro, que está enfermo. Para ganarse la confianza de Bartolo, declara que ha robado al Conde una nota escrita por Rosina. Con ella tratará de convencer a Rosina de que el Conde está jugando con sus sentimientos. Engañado, Bartolo se sale en busca de su pupila para la lección de canto. Rosina ejecuta el rondó de La precaución inútil. Mientras Bartolo se despierta, pues esa “música moderna” le aburre y canta un ejemplo de la “música de su tiempo”. Fígaro viene a afeitarlo. Bartolo no quiere dejar a “Don Alonso” y a Fígaro a solas con Rosina, y envía al barbero en busca de los útiles para el afeitado. Fígaro aprovecha la ocasión para hacerse con la llave del balcón, luego deja caer los platos y los vasos para llamar la atención de Bartolo. Rosina y Lindoro se declaran nuevamente su amor.. Cuando Fígaro comienza a afeitar a Bartolo llega Don Basilio para la lección de canto de Rosina. Pero los jóvenes le ofrecen una bolsa de dinero y fingen que tiene la escarlatina para que se retire. Fígaro sigue afeitando a Bartolo, mientras Lindoro y Rosina continúan con su plan.

Esa misma noche, Lindoro y Fígaro entrarán por el balcón y raptarán a Rosina. Bartolo sorprende al Conde cuando habla con su disfraz y estalla nuevamente de cólera. Berta, a solas, comenta la estupidez de los viejos que quieren casarse con jovencitas. Basilio, a quien Bartolo envió un criado para buscarle, confiesa que él no conocía a ningún “Don Alonso”, y que podía tratarse del Conde en persona. El tutor, que no quiere correr riesgos, encarga a Basilio que haga venir inmediatamente al notario, para que la boda pueda celebrarse esa misma noche. Para engañar a Rosina, Bartolo le muestra su carta para Lindoro y le dice que su amado se burla de ella.
Rosina se desespera. Estalla una tormenta. Cuando Fígaro y el Conde entran por el balcón, Rosina acusa a Lindoro de querer venderla al Conde Almaviva. El Conde se arroja a sus pies y revela su verdadera identidad. Los enamorados expresan su alegría, mientras Fígaro les dice que se apresuren a escapar. Cuando se disponen a partir, la escalera ha desaparecido. Basilio entra con el notario. Fígaro aprovecha la ocasión para la boda de Rosina y el Conde. Llega Bartolo con los soldados, pero ya es demasiado tarde. El Conde Almaviva revela su identidad y anuncia que Rosina es su esposa. A Bartolo no le queda otra opción y bendice el matrimonio. Todos desean a la feliz pareja amor y fidelidad eternos.

( fuente . opera2001.net)






martes, 10 de agosto de 2010

Vivir, que ya es bastante

( Catalina de Austria, Reina de Portugal / busto en una calle de Torquemada, Palencia)
Me sorprende la cantidad de gente a la que le preocupa cómo serán recordados cuando hayan muerto. A mi no, ya no me enteraré pero bueno , tampoco diré que no me gustaría ser recordada por las buenas cosas que hice o porque, aunque imperfecta, me gané un sitio entre el imperfecto perfecto-
Cabe pensar que si tanta preocupación existe por el recuerdo que dejaremos entre los que quedarán cuando nosotras ya no estemos es porque nuestra conciencia nos dice que , quizás no hemos hecho suficientes méritos para ser positivamente recordados. Puede ser, ¿no?
Quizás somos demasiado conscientes de que aquellos que dejaron huella imperecedera e imborrable en nuestra memoria son aquellos que se instalaron en nuestro corazón. son estos a los que queremos y nos esforzamos por recordar, aunque a veces nos traigan sufrimiento a la memoria. Los demás son olvidados sin esfuerzo, o con él, pero son olvidados con el tiempo y no los echamos de menos.
Pero, ¿ por qué preocuparnos tanto por algo que cuando pase ya nos dará igual?
No me gusta pensar en la muerte. Amo demasiado la vida y ojalá pudiera tener más para poder hacer todas las cosas que quiero hacer. Si la vivimos bien, no hará falta preocuparnos por cómo nos recordarán : unos bien, otro mal. Y si pensáis que no , ¿ qué me decís de Che Guevara, Martin Luther King, Frida Khalo, Gandhi y muchos otros como ellos? Vivieron sus vidas como pensaron que debían hacerlo, no todos los recordarán para bien, pero todos, sin excepción, los recordaremos.
Vivamos y vivamos bien, que ya es bastante vivir .

jueves, 5 de agosto de 2010

Cómo entiendo tu sonrisa, infanta Leonor !

( fuente : diario Qué!)
( web de El Mundo)


Cuando mi sobrino nació, hace ya 5 años le dije a mi hermana que esperaba le vistiese modernito y no en plan “niño –repollo”. Afortunadamente para mi así fue.
Cinco años después, han tenido una niña y , aunque siempre la llevan muy guapa, el lado “repollo” – porque las princesitas ya van modernas- supera al lado modernillo y te pasas todo el rato atando los lazos o poniéndole lacitos en el pelo. Pero no pasa nada, va guapa la niña. Y también el niño. Y tienen suerte de llevarse cinco años y de que mi hermana haya decidido no vestirles igual.
Ella y yo, yo sobre todo, no tuvimos esa suerte. Tengo tres años más que mi hermana y desde que esta era un tierno bebé hasta la adolescencia, la mia evidentemente, mi madre se empeñaba en llevarnos iguales. Cuando eres pequeña, pase, pero cuando empiezas a crecer, esos tres años de diferencia se notaban un montón y claro, cuando llegué a los 12 empecé a rebelarme porque me sentía ridícula a pesar de que mi madre nos comprara cara y bonita ropa y todo el mundo dijera que parecíamos princesitas.
De aquellos dias de discusiones queda el gusto por la ropa buena pero creo que el empecinamiento de mi madre por seguir escogiéndome la ropa para llevarme como mi hermana hizo que hoy odie todo ese tipo de ropa y me guste ir con ropa moderna, o al menos alejada de todo aquello que a mi madre le gustaba (y le gusta)
Debería estar prohibido que los padres vistan igual a sus hijos. Hay que vestirlos según la personalidad que tengamos, lo que somos, y sobre todo, los años que tenemos. Los padres deberían darse cuenta que cuando hay cierta diferencia de edad, vestir a sus hijos iguales es un castigo insufrible para el mayor. Así que cuando el otro día, zapeando ví que la princesa Letizia ya no viste iguales a las princesas no pude si no decirle : “ tú sí que sabes!!” y espero en esta sociedad nuestra tan de copiar lo que hacen los famosos, que las mamás jóvenes tomen el ejemplo de la princesa y no dejen a más niñ@s traumatizados ( añadamos un poco de dramatismo) por vestirles como si tuvieran menos años de los que tienen. No por eso dejarán de crecer y volarán del nido.

lunes, 2 de agosto de 2010

Elena e Irene ( capitulo 8) : El del polvo improvisado

Irene : ¿ Elena?
Elena : En la salita, leyendo.
Irene: Me voy a tomar una cervecita, ¿ quieres tú una?
Elena: Sip
Irene: Vale, ahora te la llevo
(Irene coge las dos Heinekens de la nevera y camina hacia la salita donde Elena está leyendo un libro. la televisión está encendida pero sin volumen)
Irene: Nunca he entendido cómo puedes concentrarte en la lectura teniendo la televisión encendida.
Elena: ¡ay cariño! ¡Hay tantas cosas de mi que nunca entenderás que para qué perder tiempo en intentar entenderlas! ¿Qué tal Laura?
Irene : Hecha polvo. Le va a costar mucho trabajo levantar cabeza.
Elena: ¡menuda su novia! Mira que dejarla ahora que tiene cáncer.
Irene: Bueno, yo no opino lo mismo. Aunque Laura es mi amiga, si la otra no la quiere, mejor que la deje que que se quede por compasión, yo no lo querría, ni lo haría.
Elena: pues a mi me parece que es obligación de Silvia cuidar de Laura, ¡ es su pareja!
Irene: No lo es. Habían decidido separarse antes de saber que Laura tenía cáncer. Ya sabes que nunca me ha gustado Silvia, pero creo que no tiene ninguna obligación de hacer de enfermera con Laura. además, se lo han detectado a tiempo y se recuperará. Cambiemos de tema, ¿ vale?
Elena : Tengo hambre, ¿ qué vas a hacer de cena?
Irene: ¡ joder contigo!
Elena : ¿ Qué? Me has dicho que cambiase de tema, y tengo hambre. Te has estado más de una hora al teléfono con tu amiga. Mientras la preparas me voy a dar una ducha.
Irene: ¿puedo dármela contigo?
Elena: si me frotas la espalda, que ahí no llego yo, ¡vale! Para otras opciones, pulse 2 y espere.
( Irene deja su botellín en el suelo, sube la camiseta de Elena, que no lleva sujetador porque en casa le gusta estar cómoda y lame suavemente con la lengua los pezones de Elena, primero uno, y cuando este está duro, el otro)
Elena : ¿ qué haces?
Irene : Pulsar 2 para las otras opciones y esperar.
Elena : Pues deberías haber preguntado las opciones del 2 antes de pulsar. Lo que tú quieres está en el 3. Ya sabes cómo es esto de la atención telefónica al cliente….dura y dura y acabas colgando y quedándote con las ganas.
Irene: No siempre es así….
Elena: …pues creo que hoy sí. El sistema se ha bloqueado viéndote con esa camiseta tan poco erótica..
( Irene se la quita y también los mini pantaloncitos que llevaba, y las braguitas, quedándose desnuda., empuja a Elena para que se tumbe y le abre las piernas)
Irene : No hay problema, si se ha bloqueado el sistema, hago un reset y reinicializo el programa….
( Y mientras lo dice, empieza a acariciar el clítoris de Elena con los dedos y bajando la cabeza pasa suavemente su lengua por toda la vagina al tiempo q Elena da un respingo, gime y se tumba más cómodamente)
Elena : ¡si! Creo que el sistema vuelve a funcionar después del reinicio.
Irene: ¿ y qué tal funciona?
Elena : Sólo te voy a decir una cosa……¡como se te ocurra parar ahora te dejo!
( con chulería y sonrisa ladeada…)
Irene: … La señora me dirá cuando tengo que parar…
Elena : ¡ no siempre vas a conseguir lo que quieres!
Irene : hoy si...